En un nuevo episodio que pone en tela de juicio la seguridad en Chihuahua, un camarógrafo de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) ha desaparecido sin dejar rastro. El caso, ocurrido en el municipio de Camargo, ha generado preocupación entre la ciudadanía y arroja sombras sobre la capacidad del gobierno estatal para garantizar la seguridad, incluso de sus propios trabajadores.
El camarógrafo, identificado como José Luis Gamboa Arzola, de 37 años, fue visto por última vez el pasado 20 de mayo en la ciudad de Camargo. Según reportes, Gamboa trabajaba en el área de comunicación de la SSPE, una dependencia encargada de velar por la seguridad de los ciudadanos. Su desaparición ha encendido las alarmas, especialmente en un estado donde los índices de violencia no dan tregua.
Las autoridades estatales han iniciado una búsqueda, pero hasta el momento no han proporcionado información clara sobre los avances en el caso. La Fiscalía General del Estado ha emitido una ficha de búsqueda, describiendo a Gamboa como un hombre de complexión media, tez morena y cabello corto. Sin embargo, la falta de detalles concretos ha generado críticas entre los familiares y la comunidad, quienes exigen respuestas inmediatas.
Chihuahua, bajo la administración de la gobernadora Maru Campos, enfrenta un panorama complicado en materia de seguridad. La desaparición de un trabajador de la SSPE no solo pone en evidencia las fallas en la protección de los ciudadanos, sino que también levanta sospechas sobre lo que podría estar ocurriendo al interior de la dependencia. ¿Acaso el gobierno estatal está ocultando información?
La familia de José Luis Gamboa ha expresado su desesperación. Aseguran que no han recibido apoyo suficiente por parte de las autoridades y que la comunicación con la SSPE ha sido prácticamente nula. Este silencio institucional alimenta la percepción de que el gobierno estatal no está tomando el caso con la seriedad que merece.
En Camargo, la noticia ha causado revuelo. Los habitantes del municipio, que ya lidian con la inseguridad cotidiana, ven en este caso un reflejo de la vulnerabilidad que enfrentan. La desaparición de un empleado de una dependencia de seguridad no es un hecho aislado, sino una señal de los problemas estructurales que persisten en el estado.
Organizaciones civiles y defensores de derechos humanos han alzado la voz, exigiendo que se refuercen los protocolos de búsqueda y que se investiguen posibles nexos con la delincuencia organizada. La opacidad en el manejo del caso solo incrementa la desconfianza hacia las instituciones encargadas de proteger a la población.
Mientras tanto, la SSPE ha limitado sus declaraciones a un escueto comunicado, asegurando que colabora con la Fiscalía para localizar al camarógrafo. Sin embargo, la ausencia de resultados concretos y la falta de transparencia han generado un ambiente de incertidumbre. La ciudadanía se pregunta si este caso será uno más en la larga lista de desapariciones sin resolver en Chihuahua.
La desaparición de José Luis Gamboa no solo es una tragedia personal, sino un recordatorio de los retos que enfrenta Chihuahua en materia de seguridad. La presión recae ahora sobre las autoridades estatales, que deberán actuar con rapidez y claridad para esclarecer este caso y evitar que la desconfianza hacia el gobierno siga creciendo.
Este hecho pone en el centro del debate la efectividad de las políticas de seguridad en el estado. Mientras no haya respuestas, la desaparición de un camarógrafo de la SSPE seguirá siendo una herida abierta para una sociedad que clama por justicia y protección.

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Camarógrafo de la Secretaría de Seguridad Pública Desaparece en Chihuahua: ¿Qué Oculta el Gobierno Estatal?
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