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Más de 30 agentes de la Agencia Estatal de Investigación irrumpieron en el Rancho La Herradura, en Praxedis G. Guerrero, en un operativo que expone la cruda realidad de la inseguridad en Chihuahua. La búsqueda de fosas clandestinas en este amplio predio pone en evidencia la magnitud del problema de las desapariciones en la región.

Ayer, desde las nueve de la mañana, los elementos ministeriales, acompañados por un binomio canino y un antropólogo forense, rastrearon el terreno con equipo especializado para detectar restos óseos en el subsuelo. La operación, que se extendió hasta pasadas las seis de la tarde, buscaba indicios de personas inhumadas de manera ilegal.
La Comisión Local de Búsqueda lideró este esfuerzo, pero las autoridades han guardado un silencio inquietante sobre los resultados. No se ha revelado si encontraron restos o evidencia alguna, lo que genera más incertidumbre en una zona marcada por la violencia.
El Rancho La Herradura no es un caso aislado. La región norte de Chihuahua, que incluye Ciudad Juárez y Praxedis, ha visto un aumento alarmante en el hallazgo de fosas clandestinas. En lo que va de 2024, se han localizado 32 entierros ilegales en esta zona, un 78 por ciento más que el año anterior.
La presencia de estas fosas refleja la impunidad con la que operan los grupos criminales. Según expertos, los perpetradores recurren a inhumaciones clandestinas para ocultar sus crímenes, dificultando la identificación de las víctimas y perpetuando el ciclo de desapariciones.
El operativo en Praxedis G. Guerrero pone en el centro del debate la falta de acción efectiva por parte de las autoridades. Mientras los agentes rastrean terrenos baldíos, las familias de los desaparecidos siguen sin respuestas, atrapadas en un sistema que parece incapaz de frenar la violencia.
La opacidad en torno a los resultados del operativo solo agrava la desconfianza. La Fiscalía General del Estado no ha compartido detalles, dejando a la población sin claridad sobre la magnitud de lo encontrado o las acciones que seguirán.
Este caso es un recordatorio de la crisis de inseguridad que azota a Chihuahua. La proliferación de fosas clandestinas no solo es un problema local, sino un reflejo de un país donde la violencia y la impunidad siguen sin control.
Las labores de búsqueda continuarán, pero la pregunta persiste: ¿hasta cuándo seguirán apareciendo fosas sin que se tomen medidas contundentes? La sociedad exige respuestas y justicia para las víctimas que yacen en el olvido.
La situación en Praxedis G. Guerrero es un grito de alerta. Mientras el gobierno no enfrente con seriedad el problema de las desapariciones, el miedo y la incertidumbre seguirán reinando en las comunidades afectadas.

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