El proceso para elegir al candidato a la Presidencia Municipal de Chihuahua dentro de Morena se ha convertido en un laberinto de intrigas y acusaciones. Las tensiones internas están al rojo vivo, con rumores de chantajes y traiciones que sacuden las bases del partido. En el centro de la controversia, figuras como Javier Corral y Miguel Riggs, exmilitantes del PAN, son señalados como oportunistas que buscan manipular el rumbo político de la capital.
Javier Corral, conocido por su pasado panista, parece repetir estrategias que lo llevaron a destacar en su antiguo partido. Ahora, bajo el cobijo de Morena, se le acusa de intentar posicionar a su aliado, el regidor Miguel Riggs, para liderar la izquierda en Chihuahua. Esta maniobra no pasa desapercibida, y las bases morenistas advierten sobre la llegada de “arribistas y traidores” que podrían desestabilizar al partido.
Por su parte, Miguel Riggs no se queda atrás en la polémica. Durante años, como miembro del PAN, se le atribuyen declaraciones despectivas contra la militancia de Morena, a quienes habría llamado “chairos ignorantes que ni saben leer”. Estas palabras, ahora resurgidas, han generado indignación entre los simpatizantes del partido, quienes lo ven como un oportunista que busca aprovecharse de la estructura de Morena para su beneficio personal.
Mientras tanto, la diputada Brenda Ríos, otra figura controvertida, ha tenido que frenar sus ambiciones. Con un pasado ligado al PRI y al exgobernador César Duarte, su intento por posicionarse como candidata se ha topado con resistencia. Algunos sectores de Morena, que conocen su historial, la han obligado a replantear su estrategia, evitando que se consolide como una opción viable para la alcaldía.
El ambiente dentro de Morena en Chihuahua es de desconfianza. Las bases del partido están en alerta, exigiendo lealtad y dignidad frente a lo que consideran una invasión de expanistas que buscan infiltrarse. Las advertencias contra figuras como Corral y Riggs resuenan fuerte, con mensajes en redes sociales que piden no caer en los chantajes de quienes traicionaron sus colores originales.
El jaloneo político no es nuevo, pero la intensidad de esta lucha interna sorprende. A pesar de que la elección de 2027 parece lejana, las maniobras para controlar la candidatura a la alcaldía ya están en marcha. Los nombres de Corral, Riggs y Ríos circulan en un torbellino de acusaciones, donde la lealtad al partido se pone en duda.
En este contexto, el actual alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, del PAN, parece beneficiarse indirectamente. Mientras Morena se desgasta en sus conflictos internos, Bonilla mantiene una imagen de estabilidad, lo que podría fortalecer su posición rumbo a las próximas elecciones. La capital, tradicionalmente un bastión panista, se convierte en un campo de batalla donde Morena lucha contra sí misma.
La pregunta que flota en el aire es si Morena logrará unificar sus filas o si estas divisiones le costarán caro. Por ahora, el panorama es claro: el camino hacia la candidatura en Chihuahua está lleno de obstáculos, y los chantajes políticos amenazan con fracturar aún más al partido guinda.
El desenlace de esta historia está por escribirse. Las bases de Morena tendrán que decidir si aceptan a estos nuevos rostros o si cierran filas para proteger su identidad. Mientras tanto, Chihuahua observa cómo las ambiciones personales y las traiciones moldean el futuro político de la capital.

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Intrigas y traiciones en Morena Chihuahua: ¿Chantaje político para controlar la capital?
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