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Iker Casillas transforma su pueblo en el Viejo Oeste para celebrar sus 44 años

El legendario exfutbolista Iker Casillas celebró su 44 cumpleaños de una manera inolvidable, convirtiendo su pueblo natal, Navalacruz, en Ávila, en un auténtico escenario del lejano Oeste. La celebración, que duró tres días, reunió a vecinos y amigos en una fiesta temática que ha dado de qué hablar.
Navalacruz, un pequeño pueblo de poco más de 200 habitantes, se transformó por completo para la ocasión. Los asistentes, incluyendo al propio Casillas, se disfrazaron de vaqueros e indios, creando un ambiente festivo que evocaba las clásicas películas western.
El exguardameta del Real Madrid no escatimó en detalles para hacer de su cumpleaños un evento multitudinario. Desde comida y música hasta toros mecánicos, la fiesta incluyó actividades para todas las edades, consolidándose como una tradición local que muchos ya comparan con las fiestas patronales del pueblo.
Casillas, quien se autoproclamó “sheriff” del condado para la ocasión, compartió en sus redes sociales imágenes del evento, destacando el ambiente alegre y la participación de la comunidad. Su característico bigote y atuendo de vaquero fueron protagonistas en las fotos que circularon ampliamente.
La celebración comenzó el viernes y se extendió hasta el domingo, con una comida popular como cierre. Todos los gastos, desde la orquesta hasta las actividades, fueron cubiertos por el exfutbolista, demostrando su compromiso con su pueblo natal.
A pesar de su fama mundial, Casillas ha mantenido una conexión especial con Navalacruz. Aunque durante su matrimonio con Sara Carbonero su presencia en el pueblo fue menos frecuente, en los últimos años ha vuelto a hacer de este lugar su refugio, fortaleciendo su vínculo con la comunidad.
Vecinos del lugar destacaron la cercanía del exjugador, describiéndolo como alguien que no ha olvidado sus raíces. La fiesta no solo fue una celebración personal, sino un evento que unió a toda la localidad, reforzando el cariño que los habitantes sienten por su ídolo.
La trayectoria de Casillas como portero del Real Madrid y la selección española lo ha convertido en una figura icónica del fútbol, pero gestos como este muestran su lado más humano. Su capacidad para organizar un evento de esta magnitud refleja su deseo de compartir su éxito con quienes lo han acompañado desde sus inicios.
Esta no es la primera vez que el cumpleaños de Casillas se convierte en un acontecimiento en Navalacruz. Lo que comenzó como una reunión entre amigos de la infancia se ha transformado en una tradición anual que los vecinos esperan con entusiasmo cada mayo.
Con esta celebración, Iker Casillas demuestra que, más allá de los trofeos y el reconocimiento mundial, su mayor orgullo es mantenerse fiel a sus orígenes, celebrando a lo grande junto a los suyos en un pueblo que, por unos días, se convirtió en el corazón del Viejo Oeste.

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