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Crisis en Nuevo León: Falta de choferes paraliza la movilidad urbana

La movilidad en Nuevo León enfrenta una crisis sin precedentes debido a un déficit del 50% en choferes de transporte público, según revelaron autoridades estatales. Este problema, que afecta a miles de usuarios diariamente, ha generado largas filas en las paradas y una reducción drástica en la frecuencia de los camiones, dejando a los ciudadanos varados y complicando sus traslados.
El sistema de transporte Muevoleón, diseñado para garantizar una movilidad eficiente en la entidad, se encuentra en jaque. Especialistas en movilidad explicaron que para operar los 5,000 camiones disponibles se necesitan al menos 15,000 operadores. Sin embargo, actualmente solo se cuenta con la mitad de esa cantidad, lo que hace imposible mantener un servicio continuo y de calidad.
La falta de operadores no es un problema nuevo, pero las autoridades estatales no han logrado resolverlo. Aunque el gobierno ha invertido en la adquisición de nuevos camiones, estas unidades permanecen inactivas debido a la escasez de personal capacitado. Un funcionario estatal señaló que se requieren al menos tres choferes por unidad para garantizar un servicio óptimo, un estándar que está lejos de cumplirse.
A esto se suma la burocracia que enfrentan los aspirantes a choferes. La Secretaría de Movilidad y el Instituto de Movilidad exigen documentos como la Carta de No Antecedentes Penales, pero los trámites para obtenerlos pueden demorar hasta tres meses. Esta lentitud desincentiva a los interesados y agrava aún más la crisis de operadores en el estado.
El impacto en los ciudadanos es evidente. Las largas esperas en las paradas de camiones, especialmente en horas pico, han generado molestias generalizadas. En municipios como Monterrey, Guadalupe y Santa Catarina, los usuarios reportan tiempos de espera de hasta una hora, lo que afecta su productividad y calidad de vida.
A pesar de las promesas de mejora, el gobierno estatal no ha presentado un plan claro para abordar esta situación. La contratación de nuevos choferes se ha complicado no solo por la burocracia, sino también por la falta de incentivos atractivos para los trabajadores del transporte público, como salarios competitivos o mejores condiciones laborales.
La crisis de movilidad en Nuevo León también tiene un impacto económico. Empresas y comercios enfrentan retrasos en la llegada de sus empleados, lo que afecta la productividad en la región. Además, la saturación en las rutas disponibles genera un mayor consumo de combustible y un impacto ambiental que no ha sido considerado por las autoridades.
Mientras tanto, los especialistas advierten que sin una estrategia integral que incluya capacitación, agilización de trámites y mejores condiciones para los operadores, la situación no mejorará. La ciudadanía exige soluciones inmediatas, pero las autoridades parecen estar lejos de encontrar una respuesta efectiva para este problema que afecta a miles de regiomontanos.
La falta de choferes no solo es un inconveniente, sino un reflejo de las fallas en la planeación y gestión del transporte público en Nuevo León. La entidad, que busca posicionarse como un referente en desarrollo y modernidad, enfrenta un obstáculo que pone en evidencia la desconexión entre las necesidades de la población y las acciones del gobierno.
La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán los ciudadanos de Nuevo León esperando soluciones reales para moverse con dignidad? La crisis de movilidad no da tregua, y la paciencia de los usuarios se agota mientras el transporte público continúa en un punto crítico.

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