La mañana del 20 de mayo, la Ciudad de México se estremeció con el brutal asesinato de Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de gobierno Clara Brugada, y José Muñoz, su asesor. El ataque ocurrió en plena Calzada de Tlalpan, en la colonia Moderna, alcaldía Benito Juárez, cuando ambos funcionarios se dirigían a sus labores cotidianas.
Un video que circula en redes sociales revela la crudeza del ataque. Un hombre con casco de motociclista, vestido con una chamarra blanca, esperaba a las víctimas cerca de un poste durante al menos 20 minutos. Cuando Ximena Guzmán detuvo su camioneta Audi Q2 para que José Muñoz subiera, el sicario disparó a quemarropa, primero contra ella y luego contra él, dejando un saldo de al menos diez casquillos en la escena.
Ximena Guzmán, de 42 años, era una socióloga con una destacada trayectoria en la administración pública. Desde 2010, trabajó junto a Clara Brugada, primero en Iztapalapa y luego en la Jefatura de Gobierno. José Muñoz, por su parte, era un experto en temas legislativos y de seguridad, con dos décadas de experiencia en cargos públicos. Ambos eran considerados pilares cercanos a Brugada.
El ataque no solo expone la vulnerabilidad de los funcionarios capitalinos, sino que pone en tela de juicio las estrategias de seguridad en la Ciudad de México. Las autoridades encontraron una motocicleta negra y una camioneta Nissan azul, presuntamente usadas por los responsables, pero hasta ahora no hay detenidos. La investigación está en curso, pero los avances son limitados.
La jefa de gobierno, Clara Brugada, visiblemente afectada, prometió una “lucha implacable” para esclarecer el crimen. Sin embargo, la falta de resultados inmediatos genera dudas sobre la capacidad del gobierno local para enfrentar la creciente violencia en la capital. La presidenta Claudia Sheinbaum también condenó los hechos y aseguró apoyo federal, pero las palabras no logran calmar la indignación ciudadana.
El asesinato de Guzmán y Muñoz ha desatado críticas hacia el gobierno de Morena en la CDMX. La percepción de inseguridad se agrava, y la ciudadanía exige respuestas concretas. La ausencia de una cámara funcional del C5 en la zona del ataque, según reportes, solo incrementa la desconfianza en las autoridades.
La fiscalía capitalina y la Secretaría de Seguridad Ciudadana trabajan en el análisis de grabaciones y testimonios, pero el panorama es desalentador. La motocicleta abandonada a pocos metros del lugar y la camioneta hallada en Iztacalco sugieren una operación planeada, lo que apunta a un posible ajuste de cuentas o un mensaje directo al gobierno de Brugada.
La tragedia ha golpeado profundamente al equipo de la jefa de gobierno. En el velorio de las víctimas, realizado en una funeraria de la colonia San Rafael, se vio a Brugada acompañada de figuras como Ernestina Godoy y Citlalli Hernández, reflejando el impacto de la pérdida en el círculo cercano de Morena.
Este doble homicidio recuerda el atentado de 2020 contra Omar García Harfuch, entonces jefe de la policía capitalina, atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación. La reincidencia de ataques de alto perfil en la CDMX pone en evidencia que la inseguridad no cede, a pesar de los discursos oficiales.
La Calzada de Tlalpan amaneció con veladoras y mensajes de despedida para Ximena y José, un reflejo del duelo colectivo. Mientras tanto, la ciudad espera justicia en un caso que ha sacudido los cimientos del gobierno capitalino, dejando un futuro incierto para la seguridad de sus habitantes.

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Asesinato en la CDMX: Colaboradores de Clara Brugada ejecutados a sangre fría en Tlalpan
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