Diez reos lograron escapar de una cárcel en Nueva Orleans, Luisiana, en un audaz plan que ha dejado en evidencia graves fallos de seguridad. El incidente ocurrió en la medianoche del viernes 16 de mayo, cuando los presos aprovecharon un agujero detrás de un inodoro para salir del Centro de Justicia de la Parroquia de Orleans.
Sterling Williams, un trabajador de mantenimiento de 33 años, fue arrestado por su presunta implicación en la fuga. Según las autoridades, Williams admitió que uno de los reclusos le pidió cerrar el suministro de agua de la celda donde ocurrió el escape. En lugar de reportar la solicitud, el empleado cumplió, facilitando el plan de los fugados.
La fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, calificó esta fuga como la más grande en la historia del estado. Cuatro de los diez reos ya fueron recapturados, pero seis siguen prófugos. Los fugitivos, con edades entre 20 y 42 años, enfrentan cargos graves como asesinato y agresión con arma de fuego, y se teme que puedan estar armados.
Las imágenes de las cámaras de vigilancia muestran a los reclusos corriendo tras atravesar el agujero. Algunos vestían monos naranjas, otros ropa blanca. Para salir del penal, escalaron una valla usando mantas para protegerse del alambre de púas y luego se dispersaron por una autopista cercana.
Un detalle que ha indignado a las autoridades es el mensaje que los reos dejaron en la pared sobre el agujero: “Demasiado fácil, jaja”. Esto ha generado críticas sobre la falta de supervisión en la cárcel. El fiscal de la Parroquia de Orleans, Jason Williams, describió la fuga como “absolutamente absurda y peligrosa”, afirmando que nunca debió ocurrir.
Además de Sterling Williams, tres empleados más de la cárcel fueron suspendidos mientras avanza la investigación. Las autoridades sospechan que el escape pudo contar con ayuda interna, especialmente porque los reos aprovecharon la ausencia de un guardia que salió a buscar comida.
La búsqueda de los seis prófugos continúa, y las autoridades de Luisiana han pedido a los estados vecinos, como Texas, Misisipi y Arkansas, que mantengan a sus agentes en alerta. La recompensa por información que lleve a la captura de los reos ha aumentado a 10 mil dólares por cada uno, según el FBI.
Este incidente ha puesto en el ojo del huracán la gestión de las prisiones en Luisiana. Las autoridades prometen que cualquier persona involucrada en la fuga enfrentará todo el peso de la ley. Mientras tanto, los residentes de Nueva Orleans y áreas cercanas permanecen en alerta ante la posibilidad de que los fugitivos sigan en la zona.
La investigación sigue en curso para determinar cómo fue posible un escape tan elaborado. Las fallas en la seguridad del Centro de Justicia de Orleans han generado preguntas sobre la supervisión y los protocolos en las cárceles del estado.
Este caso subraya la importancia de fortalecer los sistemas penitenciarios para evitar que situaciones similares se repitan. La comunidad espera respuestas claras y acciones concretas para garantizar la seguridad pública.

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Arrestan a empleado de mantenimiento por facilitar la fuga de diez reos en Nueva Orleans
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