El expresidente de Bolivia, Evo Morales, no participará en las elecciones presidenciales programadas para agosto de 2025. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó su candidatura debido a la falta de un partido político con personería jurídica vigente, un golpe significativo para el líder cocalero que buscaba regresar al poder.
Morales intentó postularse a través del partido Pan-Bol, pero este fue descalificado por no haber alcanzado el 3% de los votos en las elecciones de 2020. Además, su nuevo movimiento, Evo Pueblo, no cuenta con el registro legal necesario para competir en los comicios, según informó el vocal del TSE, Tahuichi Tahuichi.
La decisión del TSE se basa en un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional de diciembre de 2023, que prohíbe la reelección indefinida y limita a los presidentes a un máximo de dos mandatos, consecutivos o no. Morales, quien gobernó Bolivia de 2006 a 2019, ya cumplió tres períodos, lo que lo inhabilita para volver a postularse.
El expresidente ha enfrentado múltiples obstáculos en su intento por regresar a la presidencia. Desde octubre de 2024, Morales permanece en la región cocalera del Chapare, donde enfrenta una orden de captura por un caso de presunta trata de personas, acusaciones que él niega y califica como persecución política.
La fractura del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que Morales fundó y lideró por casi tres décadas, también ha debilitado sus aspiraciones. El MAS ahora está bajo el control de sectores afines al presidente Luis Arce, quien ha marcado distancia con Morales, generando una división en el oficialismo.
Otros candidatos, como el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, también enfrentan incertidumbre. La candidatura de Rodríguez, considerado hasta hace poco un aliado de Morales, está en suspenso debido a problemas legales con su alianza política, lo que podría complicar aún más el panorama electoral.
La oposición, liderada por el bloque Unidad con Samuel Doria Medina y José Luis Lupo, busca capitalizar la fragmentación del MAS. Mientras tanto, Jorge Quiroga, expresidente boliviano, compite por la alianza Libre, sumándose a una contienda que se perfila como una de las más disputadas en años.
Morales ha llamado a la unidad y al diálogo, pero sus seguidores han anunciado protestas, incluyendo bloqueos de caminos, en respuesta a su exclusión. Estas acciones podrían intensificar las tensiones en un país ya polarizado por la crisis política y económica.
El panorama electoral en Bolivia se complica con la ausencia de Morales, quien durante años fue una figura central en la política del país. Las elecciones de agosto definirán un nuevo capítulo para Bolivia, en medio de un contexto de división y desafíos económicos.