Publicado en la revista Nature Climate Change, el estudio fue liderado por expertos de la Universidad de Bristol en Reino Unido y la Universidad de Innsbruck en Austria. Forma parte del proyecto Provide, financiado por la Unión Europea, que analiza los efectos de superar los límites climáticos establecidos en el Acuerdo de París.
Los investigadores evaluaron cómo evolucionarían los glaciares en un escenario donde las temperaturas globales alcanzan los 3 grados Celsius para el año 2150, antes de descender nuevamente a 1.5 grados en 2300. Los resultados son alarmantes: los glaciares perderían un 16 por ciento más de su masa para 2200 y un 11 por ciento adicional para 2500, en comparación con un escenario donde no se supera el límite de 1.5 grados.
Fabien Maussion, uno de los autores, explica que superar los 1.5 grados, aunque sea temporalmente, causa pérdidas de glaciares que persisten durante siglos. Según él, retrasar la reducción de emisiones solo agrava el problema, dejando un legado de cambios irreversibles para las generaciones futuras.
Lilian Schuster, autora principal, detalla que los grandes glaciares polares podrían tardar milenios en recuperarse de un aumento de 3 grados. Los glaciares más pequeños, como los de los Alpes, el Himalaya o los Andes, no mostrarán recuperación en las próximas generaciones, aunque podrían empezar a crecer nuevamente para el año 2500.
El deshielo de los glaciares de montaña tiene consecuencias directas para millones de personas. Estas masas de hielo son cruciales para abastecer de agua a comunidades río abajo, especialmente en temporadas secas. Cuando los glaciares se derriten, liberan más agua temporalmente, pero a medida que se recuperan, almacenan agua en forma de hielo, reduciendo el flujo hacia los ríos.
Maussion destaca que las políticas climáticas actuales nos encaminan hacia un aumento de 3 grados, un escenario mucho más dañino para los glaciares que mantener el límite de 1.5 grados. Esto subraya la urgencia de actuar para mitigar el calentamiento global.
El estudio también responde a una pregunta común: ¿volverán a crecer los glaciares en nuestra vida o la de nuestros hijos? Los investigadores son claros: lamentablemente, no. El daño ya causado y el que se avecina requerirá siglos para revertirse.
El calentamiento global ya ha mostrado sus efectos. El año pasado fue el más cálido registrado, superando por primera vez los 1.5 grados durante un año completo. Esto refuerza la probabilidad de que se rebasen los objetivos del Acuerdo de París, adoptados hace una década.
La investigación subraya la necesidad de actuar con rapidez para reducir emisiones y limitar el daño a los glaciares. Aunque el panorama es desalentador, los científicos insisten en que cada esfuerzo cuenta para preservar estas reservas vitales de agua y mitigar los impactos del cambio climático.

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Los glaciares del mundo enfrentan un futuro sombrío: tardarán siglos en recuperarse, incluso si logramos revertir el calentamiento global. Un estudio reciente revela que el daño a estas masas de hielo es prácticamente irreversible en el corto plazo, lo que plantea serias preocupaciones para el medio ambiente y las comunidades que dependen de ellos.
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