La comunidad triqui de Oaxaca está de luto tras el brutal asesinato de Raymundo Cruz, entrenador del emblemático equipo de basquetbol “Los niños descalzos de la montaña”. El crimen ocurrió en la localidad de Putla Villa de Guerrero, marcando un nuevo episodio de violencia que sacude a esta región. Cruz, conocido por su dedicación a los niños y al deporte, fue atacado a balazos en un acto que ha conmocionado a la comunidad deportiva y social.
Raymundo Cruz, de 38 años, era mucho más que un entrenador. Su trabajo con los niños triquis, quienes ganaron fama internacional por jugar descalzos en torneos de Norteamérica, Sudamérica y Europa, inspiró a miles. A través del basquetbol, ofrecía a los pequeños una vía para escapar de la violencia y la pobreza que azotan a las comunidades indígenas de Oaxaca. Su legado, sin embargo, se ve ahora ensombrecido por este trágico suceso.
El ataque ocurrió frente a una escuela local, donde Cruz impartía clases y entrenaba a sus alumnos. Según testigos, hombres armados lo sorprendieron al salir del plantel, disparándole en múltiples ocasiones. Las autoridades locales acudieron al lugar, pero el entrenador ya había perdido la vida. La escena, descrita como devastadora, dejó a los habitantes de Putla Villa de Guerrero en estado de shock.
El Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), al que Cruz estaba vinculado, condenó el asesinato y exigió justicia. Este crimen se suma a una serie de ataques contra miembros de la organización, con reportes que indican que al menos 34 de sus integrantes han sido asesinados desde 2022. La organización señaló que la violencia en la región triqui sigue sin control, a pesar de los esfuerzos por pacificar la zona.
El basquetbol, para los niños triquis, ha sido mucho más que un deporte. Es una herramienta de esperanza, un medio para alejarse de los conflictos armados y la migración forzada. Proyectos como el de “Los niños descalzos de la montaña” han permitido a decenas de pequeños soñar con un futuro mejor, compitiendo en escenarios internacionales y mostrando la riqueza cultural de su pueblo. La muerte de Cruz pone en riesgo esta labor.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca confirmó que ya se iniciaron las investigaciones para dar con los responsables. Sin embargo, la falta de avances en casos similares genera escepticismo entre la población. Los habitantes de la región exigen respuestas y medidas concretas para frenar la ola de violencia que afecta a sus comunidades.
El impacto de este crimen trasciende lo local. La historia de los niños triquis descalzos ha tocado corazones en todo el mundo, desde canchas en Argentina hasta gimnasios en Estados Unidos. La muerte de Cruz no solo es una pérdida para Oaxaca, sino para todos aquellos que vieron en su trabajo un ejemplo de resiliencia y compromiso con las nuevas generaciones.
La comunidad deportiva de Oaxaca se ha pronunciado tras el asesinato, destacando el vacío que deja Cruz. Entrenadores, jugadores y padres de familia coinciden en que su dedicación era única. En su honor, algunos equipos locales han organizado partidos conmemorativos, donde los niños botarán el balón descalzos, como un homenaje a su legado.
Mientras las autoridades prometen investigar, la región triqui sigue atrapada en un ciclo de violencia que parece no tener fin. La muerte de Raymundo Cruz es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las comunidades indígenas en México, donde incluso el deporte, un símbolo de unión y esperanza, se ve alcanzado por la inseguridad.
El recuerdo de Cruz perdurará en cada balón que ruede en las canchas de San Miguel Copala y en cada niño que, gracias a él, soñó con un futuro lejos de la violencia. Su trabajo dejó una huella imborrable, pero su asesinato pone de manifiesto la urgencia de acciones concretas para proteger a quienes, como él, luchan por un mañana mejor.

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Asesinan a entrenador de niños triquis en Oaxaca: la violencia golpea al deporte que inspiró al mundo
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