El ejército de Israel ha confirmado el inicio de una nueva operación militar en la Franja de Gaza, bautizada como “Carros de Gedeón”. Esta ofensiva, que comenzó el pasado fin de semana, busca desmantelar las capacidades de combate de Hamás y lograr una derrota decisiva, según declaraciones del Jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir.
En las últimas semanas, los bombardeos y operaciones terrestres han dejado un saldo devastador. Más de 3,300 palestinos han perdido la vida desde el 18 de marzo, incluyendo al menos 1,050 niños, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad de Gaza. Los ataques han destruido viviendas, escuelas y hospitales, agravando la crisis humanitaria en el territorio.
La operación incluye incursiones en el norte y sur de la Franja, con intensos bombardeos en localidades como Yabalia y Beit Lahia. Un ataque reciente en Yabalia dejó 20 muertos de una misma familia, entre ellos cinco menores, según fuentes médicas y testigos. Este nivel de violencia ha generado una creciente condena internacional.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha defendido la ofensiva, argumentando que es necesaria para garantizar la seguridad de Israel. Sin embargo, sus declaraciones sobre “conquistar” y “destruir totalmente” Gaza han levantado alertas sobre posibles intenciones de ocupación permanente del territorio.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por el impacto humanitario. Jonathan Whittall, jefe de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en Palestina, señaló que el bloqueo de alimentos, agua y medicinas es inaceptable y viola el derecho internacional. La situación se agrava con el desplazamiento forzado de medio millón de personas en dos meses.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, ha mostrado cierta inquietud. El secretario de Estado, Marco Rubio, instó a permitir la entrada de ayuda humanitaria, aunque sin cuestionar directamente la ofensiva. Mientras tanto, el presidente Donald Trump afirmó que su país “se ocupará” de la crisis, sin detallar medidas concretas.
Académicos y expertos han ido más lejos, calificando las acciones de Israel como “genocidas”. Un informe reciente en el Journal of Genocide Research, citado por el diario holandés NRC, sostiene que los ataques sistemáticos y el bloqueo humanitario podrían constituir crímenes de genocidio, según varios estudiosos.
Las negociaciones para un alto al fuego, mediadas por Qatar, han retomado fuerza en Doha. Hamás anunció su disposición a dialogar sin condiciones previas, exigiendo el fin de la guerra y la retirada de las tropas israelíes. Sin embargo, la intensificación de los combates pone en duda la viabilidad de un acuerdo inmediato.
La crisis en Gaza no solo afecta a los civiles, sino también a la infraestructura médica. El Hospital Europeo de Gaza, único centro para pacientes con cáncer, enfrenta una grave escasez de insumos básicos, lo que pone en riesgo la vida de miles de enfermos.
Mientras la violencia continúa, la población gazatí vive bajo el temor constante de los bombardeos. La comunidad internacional enfrenta el desafío de presionar por una solución que detenga las hostilidades y permita la entrada de ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento de millones de personas.

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Israel intensifica su ofensiva militar en Gaza: miles de víctimas en dos meses
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