Ciudad Juárez se consolida como uno de los epicentros del tráfico de fentanilo en México, donde los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación operan con una presencia alarmante. Según un reciente informe de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, Chihuahua es uno de los dos estados fronterizos con una actividad significativa de ambos grupos criminales, responsables de inundar el mercado con esta droga letal.
El reporte detalla que, a diferencia de otros estados como Sonora o Tamaulipas, donde solo uno de estos cárteles tiene un control predominante, en Chihuahua la rivalidad entre ambos grupos agrava la crisis. La falta de una estrategia efectiva para frenar su expansión ha permitido que Juárez se convierta en un punto crítico para el trasiego de fentanilo hacia Estados Unidos.
El fentanilo, un opioide sintético hasta 50 veces más potente que la heroína, ha generado una crisis de salud pública al otro lado de la frontera. En 2024, Estados Unidos reportó una disminución en las muertes por sobredosis, pero la pureza de la droga también ha caído, lo que sugiere problemas en la cadena de suministro de precursores químicos en México.
La incapacidad para controlar el flujo de estas sustancias es evidente. Los cárteles no solo producen fentanilo en laboratorios clandestinos, sino que han diversificado sus operaciones, mezclándolo con otras drogas como la cocaína para maximizar ganancias. Esta práctica ha incrementado los riesgos para los consumidores, muchos de los cuales desconocen la presencia de fentanilo en lo que adquieren.
En Juárez, las autoridades locales parecen desbordadas. A pesar de algunos decomisos reportados, como los más de 16 kilogramos de pastillas asegurados en marzo de 2025, los traficantes siguen operando con una audacia que refleja la debilidad de las instituciones. Los criminales abandonan cargamentos y vehículos, pero logran evadir la justicia.
El impacto en la ciudad es devastador. Casos de sobredosis han aumentado, con tragedias como la muerte de cinco personas en mayo de 2025 por consumir fentanilo mezclado con cocaína. Estos incidentes, confirmados por la Fiscalía General del Estado, muestran la magnitud del problema y la urgencia de una respuesta contundente.
La colaboración entre México y Estados Unidos en el combate al narcotráfico sigue siendo insuficiente. Mientras los cárteles expanden sus redes internacionales, desde América Latina hasta China, las autoridades mexicanas no logran desmantelar las estructuras locales que sostienen este negocio mortal.
La crisis del fentanilo en Juárez no es solo un problema de seguridad, sino un reflejo de la incapacidad del gobierno para proteger a sus ciudadanos. La pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo seguirá esta ola de violencia y muerte sin una solución a la vista?

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Fentanilo azota Juárez: Cárteles dominan la frontera con impunidad
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