Una potente explosión sacudió la ciudad de Palm Springs, California, frente a una clínica de fertilidad, dejando un saldo de un muerto y cuatro heridos. El FBI ha clasificado este suceso como un acto terrorista intencional, desatando preocupación en la comunidad local y nacional.
El incidente ocurrió la mañana del sábado en las inmediaciones de la clínica American Reproductive Centers, un centro especializado en tratamientos de fertilización in vitro. Según las autoridades, la explosión se originó en o cerca de un vehículo estacionado, causando daños significativos en el edificio y en estructuras cercanas.
Akil Davis, director adjunto de la oficina del FBI en Los Ángeles, confirmó en una rueda de prensa que la investigación apunta a un ataque deliberado. Aunque no se reveló si el fallecido es el sospechoso, las autoridades indicaron que están trabajando para identificar a la persona y determinar si se trata de terrorismo doméstico o internacional.
La clínica afectada emitió un comunicado en redes sociales asegurando que ningún miembro de su personal resultó herido. El doctor Maher Abdallah, director del centro, destacó que el laboratorio de fertilización, donde se almacenan embriones y materiales médicos, no sufrió daños, lo que brinda un alivio parcial ante la tragedia.
El Centro Nacional de Derechos de las Mujeres señaló que este acto de violencia podría estar ligado a la retórica de odio contra los servicios de salud reproductiva. La organización expresó su preocupación por un aumento en los ataques a clínicas de fertilidad en el país, un tema que genera debate entre sectores conservadores.
Por su parte, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, condenó el ataque, afirmando que la violencia contra una clínica de fertilidad es imperdonable. Las autoridades locales y federales continúan investigando, mientras la ciudad de Palm Springs permanece en alerta tras el devastador suceso.
El jefe de policía de Palm Springs, Andy Mills, describió el incidente como un ataque directo a la comunidad, pero aseguró que la ciudad se recuperará. La explosión dejó escombros esparcidos en un radio de más de 250 metros, afectando varios edificios y generando un ambiente de incertidumbre.
La investigación sigue en curso, con la participación de expertos en explosivos y equipos de respuesta del FBI. Las autoridades han solicitado a los residentes mantenerse alejados de la zona mientras se evalúa la posibilidad de que el ataque haya sido transmitido en vivo, un detalle que añade complejidad al caso.
Este suceso ha reavivado el debate sobre la seguridad en centros de salud reproductiva en Estados Unidos. Mientras tanto, la clínica planea reabrir sus puertas el lunes, bajo el lema “elegimos la esperanza”, según el comunicado de su director.