El tenista español Carlos Alcaraz se proclamó campeón del Masters 1000 de Roma tras vencer al número uno del mundo, Jannik Sinner, con un contundente 7-6(5) y 6-1. Este triunfo marca un hito en la carrera del joven murciano, quien conquistó por primera vez el prestigioso torneo italiano.
El partido, disputado en el emblemático Foro Itálico, comenzó con un primer set muy disputado. Ambos jugadores mostraron un nivel excepcional, con Alcaraz salvando dos bolas de set de Sinner antes de llevarse la manga en un emocionante tiebreak. La intensidad del español fue clave para tomar la delantera.
En el segundo set, Alcaraz desplegó un tenis arrollador. Con dejadas precisas, derechas fulminantes y un juego sólido desde el fondo de la pista, dominó por completo a un Sinner que parecía desbordado. El italiano, afectado por la inactividad tras una sanción de tres meses, no pudo seguir el ritmo.
Este triunfo es el séptimo título de Masters 1000 para Alcaraz, quien con solo 22 años ya ha ganado cinco torneos diferentes de esta categoría. Su actuación en Roma lo consolida como uno de los grandes favoritos para Roland Garros, donde defenderá su corona.
Sinner, por su parte, regresó al circuito con un desempeño notable tras su ausencia. A pesar de la derrota, el italiano demostró estar en forma, alcanzando la final en su primer torneo tras la sanción. Su camino incluyó victorias contundentes, como un 6-0, 6-1 ante Casper Ruud.
El duelo entre Alcaraz y Sinner, los dos mejores jugadores del momento, reavivó una rivalidad que promete dominar el tenis en los próximos años. El español ahora lidera el historial entre ambos con siete victorias en once enfrentamientos.
La final de Roma no solo destacó por el nivel tenístico, sino también por la madurez de Alcaraz. A diferencia de otros encuentros, el español mantuvo la concentración y ejecutó un plan táctico impecable, limitando los riesgos y aprovechando los errores de su rival.
Con este título, Alcaraz llega a París con 15 victorias en 16 partidos sobre tierra batida esta temporada. Su confianza y preparación lo posicionan como el hombre a batir en el segundo Grand Slam del año.