Un poderoso sistema de tormentas ha azotado el centro-norte de Estados Unidos, dejando un saldo de al menos 16 personas fallecidas. Las fuertes lluvias, tornados y vientos huracanados han golpeado estados como Texas, Oklahoma, Arkansas y Missouri, causando estragos en comunidades enteras.
En Texas, el impacto ha sido especialmente severo, con siete víctimas mortales, incluidos cuatro niños. El gobernador Greg Abbott declaró estado de desastre en más de un tercio de los condados, mientras los equipos de emergencia trabajan sin descanso para atender a los afectados.
Oklahoma reportó apagones masivos que dejaron a miles sin electricidad. Las autoridades han instado a la población a buscar refugio, ya que los pronósticos indican que el clima severo podría continuar en las próximas horas.
En Arkansas, las tormentas han destruido viviendas y negocios, dejando a comunidades en estado de shock. Los residentes describen escenas de devastación, con árboles arrancados de raíz y escombros esparcidos por las calles.
Missouri también enfrenta las consecuencias de este fenómeno meteorológico. Un bombero voluntario de 16 años perdió la vida en un accidente mientras intentaba rescatar a personas atrapadas, un trágico recordatorio del peligro que enfrentan los equipos de emergencia.
El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido alertas por posibles inundaciones y más tornados en la región. Las autoridades advierten que el sistema de tormentas podría desplazarse hacia el este, afectando estados como Carolina del Norte y Virginia.
Las inundaciones han complicado aún más la situación, con ríos desbordados y carreteras cerradas. En Kentucky, un niño de nueve años fue arrastrado por las aguas mientras intentaba llegar a su autobús escolar, una pérdida que ha conmocionado a la comunidad.
A medida que las tormentas avanzan, millones de personas se preparan para enfrentar condiciones climáticas extremas. Los meteorólogos han pronosticado lluvias intensas y granizo, lo que podría agravar los daños en las zonas ya afectadas.
Este desastre ocurre en un momento en que Estados Unidos se preparaba para el fin de semana del Día de los Caídos, una festividad que muchos planeaban aprovechar para viajar. Sin embargo, las tormentas han obligado a cancelar planes y priorizar la seguridad.
La magnitud de esta tragedia subraya la fuerza impredecible de la naturaleza y el impacto devastador que puede tener en comunidades vulnerables. Los esfuerzos de recuperación apenas comienzan, y las autoridades piden solidaridad para apoyar a los damnificados.

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Tragedia en el corazón de Estados Unidos: 16 muertos por devastadoras tormentas
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