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SHEINBAUM EN BABORIGAME: ¿RESTITUCIÓN DE TIERRAS O SHOW POLÍTICO?

La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó un evento en Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, donde firmó decretos para reconocer la propiedad comunal de tierras indígenas. El acto, realizado en el Centro Deportivo Juventud 2000, buscó destacar el compromiso del gobierno federal con las comunidades originarias de la Sierra Tarahumara.
Durante la ceremonia, Sheinbaum oficializó la entrega de 502 hectáreas del predio Rancho Las Agujas a la comunidad Ódami, también conocida como Pueblo Tepehuano del Norte, en Mesa Colorada. Este reconocimiento, según el gobierno, responde a una deuda histórica con los pueblos indígenas, aunque no se mencionaron plazos ni detalles concretos sobre cómo se implementará.
Además, la presidenta firmó un segundo decreto que otorga 317 hectáreas a la comunidad rarámuri de Mogótavo. Este proceso, gestionado a través del Programa de Atención a Conflictos Agrarios, fue presentado como un avance en la justicia para los pueblos originarios, pero no se aclaró si estas tierras enfrentan disputas legales o problemas de acceso.
El evento contó con la presencia de autoridades tradicionales de los pueblos rarámuri, tepehuanos del norte, pimas y guarijíos. La víspera, se realizó una Asamblea Regional liderada por Adelfo Regino Montes, director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, para preparar el terreno para la visita presidencial.
En su discurso, Sheinbaum criticó el periodo neoliberal, afirmando que entre 1982 y 2018 México fue gobernado por “los más ricos de los ricos”. Según ella, durante esas décadas los más pobres, incluyendo las comunidades indígenas, fueron despojados de sus tierras y derechos, un discurso que busca reforzar su narrativa de transformación.
La presidenta también destacó el Plan de Justicia para la Sierra de Chihuahua como un esfuerzo por revertir el abandono histórico. Sin embargo, no se proporcionaron datos específicos sobre el presupuesto, los plazos o los alcances de este plan, lo que genera dudas sobre su impacto real en las comunidades.
Esta es la tercera visita de Sheinbaum a Chihuahua como presidenta. En diciembre de 2024, estuvo en la Sierra Tarahumara para entregar decretos similares en Repechique y Guasachique. En enero de 2025, visitó Ciudad Juárez para anunciar centros de educación y cuidado infantil, lo que muestra un enfoque recurrente en eventos simbólicos en la región.
El acto en Baborigame fue descrito por algunos como un gesto histórico, pero también levanta cuestionamientos. ¿Es realmente una solución de fondo para las comunidades indígenas o solo un evento más para la imagen del gobierno? La falta de transparencia sobre los recursos y los resultados concretos sigue siendo un punto débil.
Mientras Sheinbaum recibe aplausos en la Sierra Tarahumara, las comunidades indígenas aún enfrentan retos como la pobreza, la inseguridad y la falta de infraestructura. Los decretos firmados son un primer paso, pero su efectividad dependerá de acciones tangibles que, hasta ahora, no han sido detalladas.
La visita presidencial pone el reflector en la Sierra Tarahumara, una región marcada por la marginación y la violencia. Sin embargo, el impacto de estas ceremonias en la vida diaria de los pueblos originarios sigue siendo incierto, y la narrativa del gobierno parece priorizar el simbolismo sobre los resultados medibles.

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