La jornada de clasificación del Gran Premio de Emilia-Romagna en Imola fue un golpe duro para Ferrari, especialmente para Lewis Hamilton. El siete veces campeón del mundo no pudo ocultar su frustración tras quedar en el puesto 12, marcando el peor desempeño del equipo en lo que va de la temporada 2025.
Por primera vez en siete carreras, Ferrari no logró colocar a ninguno de sus monoplazas entre los 10 primeros. Charles Leclerc, compañero de Hamilton, también se quedó fuera de la Q3, terminando en el lugar 11. Este resultado es un balde de agua fría para los tifosi, los apasionados aficionados de Ferrari, que esperaban un desempeño sólido en el circuito más cercano a la fábrica de Maranello.
Hamilton, visiblemente afectado, describió la sesión como devastadora. Sus palabras reflejan la decepción de no poder competir al nivel esperado en su primera carrera en Italia como piloto de Ferrari. El británico, que llegó al equipo con grandes expectativas, no logró encontrar el ritmo necesario para avanzar en la clasificación.
El Gran Premio de Emilia-Romagna era una oportunidad clave para Ferrari de mostrar avances en su temporada. Sin embargo, el equipo italiano ha enfrentado problemas constantes con el SF-25, el monoplaza que no ha cumplido con las expectativas. A diferencia de McLaren y Red Bull, que dominan el campeonato, Ferrari parece estancado.
La sesión de clasificación estuvo liderada por Oscar Piastri de McLaren, quien se llevó la pole position, seguido de cerca por Max Verstappen de Red Bull. Este dominio de los rivales pone aún más presión sobre Ferrari, que necesita encontrar soluciones rápidas para revertir su situación.
Hamilton, quien ha tenido destellos de brillantez en carreras sprint esta temporada, no ha logrado consistencia en los Grandes Premios. Su victoria en la carrera sprint de China es un recuerdo lejano frente a los resultados recientes, incluyendo la descalificación de ambos Ferrari en ese mismo Gran Premio por irregularidades técnicas.
La relación entre Hamilton y el equipo también ha mostrado tensiones. En el Gran Premio de Miami, el piloto británico tuvo roces con los ingenieros por decisiones estratégicas, lo que generó críticas internas. A pesar de esto, Hamilton ha insistido en que su enfoque es seguir trabajando para mejorar el rendimiento del coche.
Ferrari, por su parte, no presentará mejoras significativas en Imola, según reportes especializados. Las actualizaciones previstas para el SF-25 se han retrasado hasta después del Gran Premio de España, lo que podría prolongar la crisis del equipo en las próximas carreras.
La presión sobre el director del equipo, Frederic Vasseur, crece con cada carrera. Los tifosi, conocidos por su pasión, exigen resultados inmediatos, pero el panorama actual sugiere que Ferrari enfrenta un camino cuesta arriba para recuperar su competitividad.
Mientras tanto, Hamilton se prepara para una carrera complicada desde la mitad de la parrilla. Con McLaren y Red Bull marcando el paso, el Gran Premio de Emilia-Romagna será una prueba de resiliencia para el legendario piloto y su nuevo equipo.