Un desastre económico sacude a los ganaderos de Chihuahua, donde 200 mil cabezas de ganado están varadas debido al cierre de la frontera con Estados Unidos. La medida, impuesta por el gobierno norteamericano, responde a un brote de gusano barrenador detectado en el sur de México, pero está golpeando con fuerza a los productores del norte, que ven sus ingresos desplomarse.
El bloqueo fronterizo lleva cuatro días y las pérdidas ya alcanzan los 195 millones de pesos, según la Unión Ganadera Regional de Chihuahua. Cada día que pasa, los ganaderos enfrentan un panorama más sombrío, con corrales llenos y mercados cerrados. La situación es crítica para miles de familias que dependen de la exportación de ganado.
El gobierno de Estados Unidos ha fijado el 29 de mayo como fecha límite para reabrir la frontera, pero la incertidumbre reina. Mientras tanto, los ganaderos de Chihuahua aseguran que no hay casos de gusano barrenador en el estado. Sin embargo, la medida afecta a todos por igual, sin distinguir entre regiones libres de la plaga.
La Unión Ganadera Regional de Chihuahua, que representa a 8 mil productores, está en alerta. Han intensificado la vigilancia en las estaciones zoosanitarias para evitar cualquier riesgo, pero critican la falta de claridad en las decisiones de las autoridades. El impacto económico es devastador, con un flujo diario de 3 mil 200 cabezas detenido.
Santiago de la Peña, secretario general de Gobierno de Chihuahua, expresó confianza en resolver la crisis pronto. Sin embargo, señaló que el estado no puede pagar por la irresponsabilidad de otras regiones donde el gusano barrenador ha reaparecido. La prioridad, dijo, es mantener a Chihuahua como zona libre de la plaga.
Los ganaderos exigen medidas urgentes, como el cierre de la frontera sur de México para frenar el ingreso de ganado infectado desde Centroamérica. Argumentan que la plaga, detectada en estados como Chiapas y Veracruz, está poniendo en riesgo un sector clave para la economía del norte del país.
Álvaro Bustillos, presidente de la Unión Ganadera, calificó la situación como una emergencia nacional. Advirtió que, sin acciones inmediatas, no solo el ganado estará en peligro, sino también la fauna silvestre y la salud pública. La plaga, que afecta a animales y humanos, requiere una respuesta coordinada que aún no llega.
El cierre de la frontera ha paralizado un comercio que mueve millones de dólares al día. Antes de la suspensión, Chihuahua exportaba miles de cabezas diarias, generando ingresos vitales para la región. Ahora, los productores enfrentan la posibilidad de vender a precios mucho más bajos en el mercado nacional.
La sequía que azota Chihuahua complica aún más el panorama. Mantener al ganado varado implica costos adicionales en alimento y cuidado, mientras los ingresos se evaporan. Los ganaderos temen que, si el cierre se prolonga, las pérdidas sean insostenibles.
La crisis pone en evidencia las fallas en la vigilancia sanitaria en el sur del país, donde el gusano barrenador ha resurgido. Mientras Chihuahua y otros estados del norte cumplen con estrictos protocolos, la falta de control en la frontera sur amenaza con colapsar un sector que había logrado erradicar esta plaga hace décadas.

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Crisis en Chihuahua: 200 mil cabezas de ganado varadas por cierre de frontera
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