Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

Claudia Sheinbaum en Baborigame: ¿Promesas vacías para la Sierra Tarahumara?

La presidenta Claudia Sheinbaum arribó a Baborigame, Chihuahua, en un evento que ha generado expectativas y críticas por igual. Su visita al Centro Ceremonial Tepehuano se centró en la presentación del Plan de Justicia para la Sierra Tarahumara, una región golpeada por la violencia, la pobreza y el abandono. Sin embargo, muchos se preguntan si este plan será otra promesa más del gobierno federal que no se traduzca en cambios reales.
El evento en Baborigame incluyó la entrega de títulos de propiedad, un gesto que busca dar certeza jurídica a los habitantes de esta comunidad. No obstante, las voces locales, incluyendo la Diócesis de la Tarahumara, han exigido que el gobierno escuche de verdad el clamor de la población. La región enfrenta problemas estructurales que no se resuelven con actos protocolarios ni discursos.
La Sierra Tarahumara lleva años sumida en una crisis de inseguridad. Los grupos criminales operan con impunidad, desplazando a comunidades indígenas y perpetuando la violencia. Los habitantes de Baborigame y otras localidades han denunciado la falta de presencia efectiva del Estado, mientras el gobierno de Morena promete soluciones que, hasta ahora, no han llegado a concretarse.
En su discurso, Sheinbaum destacó la importancia de la justicia social y el desarrollo para los pueblos originarios. Sin embargo, no es la primera vez que se escuchan estas palabras. Durante su campaña y en visitas previas a Chihuahua, la presidenta ha hecho promesas similares, pero los resultados tangibles son escasos. La población local espera acciones, no solo palabras.
Otro punto que generó controversia fue la ausencia de un plan claro para combatir la tala clandestina, un problema que afecta gravemente el medio ambiente de la Sierra. Aunque Sheinbaum mencionó el compromiso del gobierno con la sustentabilidad, no se presentaron medidas específicas para frenar esta práctica que daña los bosques y la economía de las comunidades.
La visita también sirvió para reforzar la narrativa de Morena como un partido cercano a los pueblos indígenas. Sin embargo, críticos señalan que estas acciones parecen más enfocadas en fortalecer la imagen de la presidenta que en resolver los problemas de fondo. La falta de continuidad en los programas sociales y de seguridad en la región alimenta el escepticismo.
Organizaciones civiles y líderes comunitarios han pedido que el Plan de Justicia incluya a las comunidades en la toma de decisiones. La historia de la Sierra Tarahumara está marcada por proyectos impuestos desde el centro que no consideran las necesidades reales de sus habitantes. La pregunta es si esta vez será diferente o si Baborigame seguirá esperando soluciones.
Mientras Sheinbaum regresa a la capital, los habitantes de la Sierra Tarahumara se quedan con la incertidumbre. La entrega de títulos y los discursos son un primer paso, pero insuficiente ante la magnitud de los desafíos. La región necesita seguridad, infraestructura y oportunidades reales para salir del abandono en el que ha estado sumida por décadas.
La visita de la presidenta ha puesto los reflectores en Baborigame, pero también ha dejado en evidencia las carencias de un gobierno que parece más interesado en la foto que en los resultados. La Sierra Tarahumara sigue esperando, y el tiempo dirá si este plan es un cambio genuino o solo un capítulo más en una larga lista de promesas incumplidas.

Compartir:

Noticias Relacionadas