El Metro de la Ciudad de México ha dado un paso más en su modernización, pero esta vez con una decisión que ha sorprendido a muchos: los boletos que permitían entradas ilimitadas han desaparecido. Este cambio, anunciado por el Sistema de Transporte Colectivo (STC), marca el fin de una era para los capitalinos que durante años aprovecharon esta opción para moverse sin restricciones por la ciudad.
Los boletos de acceso ilimitado, conocidos por su practicidad, eran una alternativa para quienes usaban el Metro de manera intensiva. Por un costo fijo, los usuarios podían realizar todos los viajes que quisieran en un día, lo que resultaba ideal para estudiantes, trabajadores y aquellos que recorrían múltiples puntos de la capital en una sola jornada.
La eliminación de estos boletos se enmarca en la transición hacia métodos de pago más tecnológicos. El STC ha apostado por la Tarjeta de Movilidad Integrada y los pagos sin contacto con tarjetas bancarias, que ya están disponibles en varias estaciones. Según las autoridades, este cambio busca agilizar el acceso y reducir los costos operativos del sistema.
Sin embargo, la medida no ha estado exenta de críticas. Muchos usuarios consideran que la desaparición de los boletos ilimitados encarecerá sus traslados diarios, especialmente para quienes no cuentan con una tarjeta bancaria o prefieren opciones más flexibles. La falta de alternativas similares ha generado preocupación entre los capitalinos.
El Metro ha defendido su decisión argumentando que los nuevos métodos de pago son más eficientes y están alineados con los sistemas de transporte de otras grandes ciudades del mundo. Además, destacan que la Tarjeta de Movilidad Integrada puede usarse en otros medios de transporte, como el Metrobús y el Cablebús, lo que ofrece una mayor integración.
A pesar de los argumentos oficiales, la nostalgia por los boletos ilimitados es evidente. Para muchos, estos boletos no solo eran una herramienta práctica, sino también un símbolo de la accesibilidad que caracterizaba al Metro de la CDMX, uno de los sistemas de transporte más emblemáticos de América Latina.
El costo actual de un viaje en el Metro sigue siendo de 5 pesos, uno de los más bajos del mundo, pero la eliminación de los boletos ilimitados podría obligar a los usuarios a gastar más si realizan múltiples viajes en un día. Esto ha llevado a algunos a cuestionar si la modernización realmente beneficia a todos los sectores de la población.
Las autoridades han prometido que seguirán mejorando la infraestructura y los servicios del Metro, pero por ahora, los usuarios tendrán que adaptarse a esta nueva realidad. La desaparición de los boletos ilimitados es un recordatorio de cómo los cambios, aunque necesarios, no siempre son bien recibidos por todos.