Cuatro cuerpos calcinados fueron hallados en un sembradío de caña en el poblado C-14, municipio de Cárdenas, Tabasco, en un descubrimiento que ha conmocionado a la región. Los restos, encontrados el pasado 14 de mayo, podrían pertenecer a tres mecánicos y un adolescente de 14 años reportados como desaparecidos desde el 7 de mayo en Huimanguillo. La incertidumbre y el dolor se apoderan de las familias mientras esperan respuestas.
El hallazgo se produjo tras reportes de pobladores que alertaron sobre un fuerte olor y restos visibles en la zona. Según versiones extraoficiales, los cuerpos presentaban señales de tortura y disparos, y aún emanaban humo cuando fueron localizados. La escena, descrita como macabra, desató una movilización inmediata de las autoridades, pero las dudas sobre su eficacia persisten.
La Fiscalía General del Estado de Tabasco, encabezada por Óscar Tonathiu Vázquez Landero, aseguró que se realizan pruebas de ADN y estudios antropológicos para identificar a las víctimas. Sin embargo, las autoridades han advertido que los resultados podrían tardar hasta 15 días debido al estado de los restos. Esta demora ha generado indignación entre los familiares, quienes exigen claridad y rapidez.
Los desaparecidos, identificados como Gabriel Murillo Pavón, Juan Cordero Jiménez, José Genaro Ocampo Ramírez y el joven Nelson Díaz Córdova, salieron el 7 de mayo para revisar un tráiler en el poblado Palo Mulato. Desde entonces, sus familias no tuvieron más noticias. La desesperación llevó a los allegados a protestar frente a la Fiscalía y a bloquear avenidas en Villahermosa para exigir acción.
Familiares han denunciado lentitud e indiferencia por parte de la Fiscalía. Amalia Córdova, madre del adolescente Nelson, expresó su angustia: “Es un niño con sueños de ser trailero, no merecemos esta indiferencia”. Las protestas y el bloqueo de la Avenida Usumacinta reflejan la frustración ante la falta de avances en la búsqueda.
La Fiscalía informó que tras las protestas se organizó una caravana de búsqueda con el Ejército, la Guardia Nacional y la policía ministerial. Sin embargo, los resultados no han sido suficientes para calmar a las familias, quienes temen que el caso quede en la impunidad. La desconfianza hacia las autoridades crece en un estado donde la violencia no da tregua.
Tabasco enfrenta una crisis de seguridad alarmante. Entre noviembre de 2024 y marzo de 2025, las desapariciones en el estado se dispararon un 100%, pasando de 1,338 a 2,718 víctimas. Este caso se suma a una serie de episodios violentos que han sacudido a la entidad, dejando en evidencia la incapacidad del gobierno para frenar la delincuencia.
Mientras las familias esperan los resultados de las pruebas de ADN, el dolor y la incertidumbre se intensifican. La falta de respuestas concretas y la lentitud en las investigaciones alimentan el temor de que la justicia no llegue. En Cárdenas, el horror de los cuerpos calcinados es un recordatorio de la violencia que azota a México sin control.
El caso ha generado indignación en redes sociales, donde usuarios critican la inacción de las autoridades y exigen un alto a la violencia. La tragedia de estas cuatro personas, que podrían ser los mecánicos y el joven desaparecidos, pone en el centro del debate la urgencia de medidas efectivas contra la inseguridad.
En un país donde la violencia parece no tener fin, el hallazgo en Tabasco es una herida más para una sociedad que clama por seguridad y justicia. Las familias de las víctimas, atrapadas entre el duelo y la esperanza, esperan que la verdad salga a la luz, aunque el camino hacia ella parece cada vez más lejano.

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Horror en Tabasco: Cuerpos calcinados y una investigación que no avanza
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