Un joven vivió una pesadilla en Ciudad Juárez tras ser secuestrado al salir de su trabajo en una hamburguesería. Los hechos ocurrieron cerca de la medianoche, cuando el empleado, menor de 25 años, fue interceptado por delincuentes al abandonar su turno en un centro comercial ubicado en Las Torres.
Los agresores lo trasladaron a una casa de seguridad en las calles Cerro Prieto y Cerro El Sombrerito, en el fraccionamiento Cerradas del Sur. Ahí comenzó el calvario: lo encerraron, lo golpearon brutalmente con un bate y, en un acto de extrema crueldad, le mutilaron un dedo de la mano derecha.
Los secuestradores no se detuvieron ahí. Exigieron el celular de la víctima para contactar a su madre y demandar un rescate. La presión sobre la familia fue inmediata, mientras el joven soportaba el dolor y el miedo en cautiverio.
En un descuido de los criminales, el joven encontró una oportunidad. Logró escapar de la casa donde lo tenían retenido y, desesperado, pidió ayuda a gritos. Su valentía lo salvó: agentes municipales que patrullaban la zona lo encontraron y lo pusieron a salvo.
La rápida intervención de la policía permitió la detención de dos presuntos responsables, quienes intentaban huir de una vivienda cercana. Los agentes aseguraron el lugar y trasladaron a los sospechosos para enfrentar cargos por secuestro y lesiones.
Este caso no es aislado. En Chihuahua, los secuestros han ido en aumento, con 14 carpetas de investigación abiertas solo hasta marzo de este año, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. La mayoría son de tipo extorsivo, como el que sufrió este joven.
La impunidad y la falta de estrategias efectivas contra el crimen organizado mantienen en alerta a la población. Ciudad Juárez, en particular, ha visto un repunte en este tipo de delitos, lo que genera temor entre los ciudadanos que salen a trabajar diariamente.
Mientras las autoridades celebran la captura de los dos implicados, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirá escalando la violencia en el estado? La ciudadanía exige respuestas y, sobre todo, acciones concretas para recuperar la seguridad.
Este incidente pone en evidencia la vulnerabilidad de los trabajadores y la audacia de los delincuentes. La víctima, aunque logró escapar, llevará las cicatrices físicas y emocionales de esta experiencia para siempre.
La sociedad juarense espera que este caso marque un punto de inflexión. La detención de los responsables es un paso, pero la raíz del problema sigue sin resolverse en un estado donde la inseguridad parece no dar tregua.