El gusano barrenador, una plaga que parecía erradicada en México desde los años 90, ha resurgido con fuerza, generando preocupación en el sector ganadero y sanitario. Este parásito, causado por las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, se alimenta de tejido vivo de mamíferos, incluyendo humanos, y ha encendido las alertas tras detectarse casos en el sur del país.
En Chiapas, una mujer de 77 años fue diagnosticada con miasis por gusano barrenador, el primer caso humano confirmado en México. La paciente, residente de Acacoyagua, está bajo tratamiento en un hospital de Tapachula, pero el hecho ha puesto en evidencia la gravedad de esta amenaza sanitaria. Las autoridades han minimizado el impacto, pero la población exige respuestas claras.
El gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha sido criticado por su lenta reacción ante el brote. A pesar de que la Secretaría de Salud emitió un aviso epidemiológico, las medidas implementadas no han sido suficientes para contener la plaga, que ya afecta a cientos de animales en el sur y sureste del país. La falta de coordinación es evidente.
La Secretaría de Agricultura, liderada por Julio Berdegué, asegura que se están tomando acciones, como la dispersión de moscas estériles y la inspección de ranchos. Sin embargo, la suspensión de exportaciones de ganado a Estados Unidos, anunciada por la secretaria de Agricultura estadounidense Brooke Rollins, revela que las medidas mexicanas no convencen a sus socios comerciales.
En Jalisco, el gobierno estatal ha intensificado sus esfuerzos para blindar la entidad contra el gusano barrenador. Se han reforzado los puntos de inspección y se capacita a ganaderos y médicos para detectar la plaga. Incluso se planea usar perros entrenados para identificar larvas, una medida innovadora pero que llega tarde para muchos productores.
La plaga no solo afecta al ganado, sino que representa un riesgo para mascotas y, en casos raros, para humanos, especialmente aquellos con heridas abiertas o condiciones como diabetes. Los síntomas incluyen fiebre, pérdida de apetito y heridas supurantes con un olor fétido, lo que genera temor en comunidades cercanas a las zonas afectadas.
El impacto económico es devastador. La suspensión de exportaciones a Estados Unidos, principal destino del ganado mexicano, podría generar pérdidas diarias de más de 11 millones de dólares, según el Consejo Nacional Agropecuario. Estados como Chihuahua, Sonora y Coahuila, que dependen de estas exportaciones, enfrentan una crisis inminente.
La reaparición del gusano barrenador ha reavivado el debate sobre la efectividad de las políticas sanitarias del gobierno federal. Mientras las autoridades prometen soluciones, los ganaderos y la población exigen acciones urgentes para evitar que esta plaga se extienda y cause estragos aún mayores en el país.

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Gusano Barrenador: La Plaga que Amenaza a México y Alarma a la Población
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