La inseguridad en Guanajuato no da tregua, y el gobierno federal parece seguir improvisando. Este viernes, Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y el general Ricardo Trevilla, secretario de la Defensa Nacional, llegaron al estado para supervisar operativos de seguridad. La visita, anunciada con bombo y platillo, responde a la presión por los altos índices de violencia que mantienen a Guanajuato como uno de los estados más peligrosos del país.
La reunión tuvo lugar en Irapuato, donde ambos funcionarios se encontraron con la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo. Según el discurso oficial, el objetivo es reforzar la coordinación entre las fuerzas federales y estatales. Pero, ¿es esto algo nuevo? Guanajuato lleva años atrapado en una espiral de violencia, y las promesas de “estrategias mejoradas” suenan a más de lo mismo.
García Harfuch, fiel a su estilo, destacó la creación de dos grupos especializados para combatir la delincuencia organizada. Uno estará a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional y el otro de la Secretaría de Seguridad. Sin embargo, no se dieron detalles concretos sobre cómo operarán estas unidades ni qué las hace diferentes de los esfuerzos previos que no han logrado frenar los homicidios.
Por su parte, el general Trevilla prometió más visitas al estado y un fortalecimiento de la inteligencia operativa. Pero las palabras no detienen balas. Los ciudadanos de Guanajuato siguen enfrentando el miedo diario, mientras los cárteles operan con impunidad. La detención de José Francisco Contreras, alias “Alfa 1”, fue celebrada como un logro, pero la violencia no cede.
La gobernadora Libia Dennise, del PAN, aseguró que la coordinación con el gobierno federal es sólida. No obstante, los resultados brillan por su ausencia. Guanajuato cerró abril con una supuesta reducción del 50% en homicidios, pero los números no calman a las familias que viven con temor. ¿Es esto un avance real o solo un maquillaje estadístico?
El gobierno de Claudia Sheinbaum, que dirige estas operaciones, insiste en que la estrategia va por buen camino. Sin embargo, la presencia de García Harfuch y Trevilla en Guanajuato parece más una puesta en escena que una solución sólida. La ciudadanía exige acciones, no discursos ni visitas relámpago.
La inseguridad no es solo un problema de Guanajuato, pero este estado es un claro ejemplo del fracaso de las políticas federales. Mientras los funcionarios posan para la foto, los guanajuatenses siguen esperando que la paz deje de ser una utopía. ¿Cuánto tiempo más tendrán que esperar?
Este despliegue de alto perfil deja más preguntas que respuestas. ¿Será esta la enésima promesa incumplida del gobierno federal? La historia reciente no da motivos para el optimismo. Guanajuato merece más que titulares vacíos y operativos que no transforman la realidad.

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García Harfuch y General Trevilla en Guanajuato: ¿Promesas vacías contra la violencia?
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