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Fiesta clandestina en la CDMX termina en caos: jóvenes intoxicados en la colonia Guerrero

Una fiesta clandestina en la colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc, dejó un saldo alarmante de jóvenes intoxicados, varios de ellos menores de edad. El evento, que reunió a cerca de 800 personas, se salió de control, generando una emergencia que expuso la falta de supervisión en este tipo de reuniones en la capital.
El incidente ocurrió en un inmueble ubicado en la calle Magnolia 174, donde se realizaba un evento de reguetón sin los permisos correspondientes. Según reportes, la intoxicación de los asistentes se atribuye al consumo de bebidas alcohólicas, posiblemente adulteradas, y a la sofocación causada por la mala ventilación del lugar.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, informó que al menos cinco jóvenes fueron encontrados inconscientes en la vía pública, evidenciando la gravedad de la situación. La rápida intervención de Protección Civil y la Policía Auxiliar Orión evitó que el incidente escalara a una tragedia mayor.
Vecinos de la zona, hartos del descontrol, alertaron a las autoridades a través de múltiples llamadas de emergencia. La Base Diana de la alcaldía recibió los reportes que desencadenaron la acción inmediata de las fuerzas de seguridad para desalojar el lugar y atender a los afectados.
Las autoridades señalaron que la fiesta no contaba con medidas de seguridad adecuadas, lo que agravó las condiciones para los asistentes. La falta de ventilación y el hacinamiento fueron factores clave en el malestar de los jóvenes, muchos de los cuales requirieron atención médica de urgencia.
Este caso pone en evidencia los riesgos de las fiestas clandestinas, que se han vuelto recurrentes en la Ciudad de México. La ausencia de regulación y la permisividad en ciertos espacios han generado un problema de seguridad que afecta principalmente a los más jóvenes.
La alcaldesa Rojo de la Vega destacó que se tomarán medidas para sancionar a los responsables de organizar el evento. Asimismo, se investigará si hubo negligencia por parte de los propietarios del inmueble, que permitió la realización de una fiesta masiva sin cumplir con las normativas.
La situación ha generado indignación entre los habitantes de la colonia Guerrero, quienes exigen mayor vigilancia para evitar que este tipo de incidentes se repitan. La inseguridad y el desorden en eventos no autorizados siguen siendo un reto para las autoridades locales.
Este nuevo episodio de intoxicación masiva revive el debate sobre la supervisión de eventos en la capital. Casos similares en otras alcaldías, como Iztapalapa, han mostrado la necesidad de reforzar los operativos para clausurar fiestas que pongan en riesgo la vida de los asistentes.
Mientras los jóvenes afectados se recuperan, la Ciudad de México enfrenta el desafío de garantizar la seguridad en un contexto donde las reuniones clandestinas parecen estar fuera de control. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán ocurriendo estas tragedias anunciadas?

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