La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ha lanzado una alerta que pone en evidencia la grave crisis de inseguridad en México. En su informe “Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas 2025”, la DEA revela cómo los cárteles mexicanos controlan el robo de combustible, conocido como huachicoleo, causando pérdidas millonarias al país. Este negocio ilícito se ha convertido en una de las principales fuentes de financiamiento de las organizaciones criminales.
El informe detalla que grupos como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Noreste, La Familia Michoacana, La Nueva Familia Michoacana y el Cártel del Golfo están detrás de esta actividad. Estos cárteles no solo roban petróleo crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex), sino que lo contrabandean a Estados Unidos para venderlo a empresas de petróleo y gas. Este esquema sofisticado les permite lavar dinero y fortalecer sus redes criminales.
Las cifras son alarmantes. Según la DEA, México pierde decenas de miles de millones de pesos en ingresos fiscales cada año debido al huachicoleo. Este robo masivo de combustible no solo afecta la economía nacional, sino que también financia otras actividades delictivas, como el tráfico de drogas sintéticas, principalmente fentanilo y metanfetamina, que representan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
La DEA señala que los cárteles operan con una red bien estructurada. Sobornan a empleados de Pemex, perforan ductos ilegalmente, roban en refinerías y hasta amenazan a trabajadores para obtener el combustible. Una vez en su poder, lo transportan en tanques y lo disfrazan como aceite usado o materiales peligrosos para evadir revisiones y impuestos en la frontera.
El informe también destaca el impacto del huachicoleo en la seguridad pública. Los cárteles utilizan las ganancias para expandir su influencia, comprar armas y reclutar nuevos miembros, lo que agrava la violencia en México. La falta de control sobre este delito pone en evidencia las fallas en las estrategias de seguridad del gobierno federal, que no han logrado frenar esta actividad delictiva.
Además, la DEA advierte que los cárteles están usando cada vez más las redes sociales para reclutar personas y promover sus actividades ilícitas. Este uso de la tecnología complica aún más los esfuerzos de las autoridades para combatir el crimen organizado, que opera con una impunidad que parece no tener fin.
El informe subraya que el tráfico de combustible robado no es un problema aislado. Está íntimamente ligado al narcotráfico, ya que los mismos cárteles que controlan el huachicoleo son los responsables de la producción y distribución de drogas sintéticas. Esto convierte al crimen organizado en una amenaza no solo para México, sino también para la región.
La situación expuesta por la DEA refleja un panorama preocupante. Mientras los cárteles acumulan poder y recursos, México enfrenta pérdidas económicas devastadoras y un aumento en la inseguridad. La pregunta sigue en el aire: ¿qué medidas efectivas tomará el gobierno para recuperar el control y proteger los recursos del país?