En un fallo que ha capturado la atención mundial, Hadi Matar, de 27 años, fue condenado a 25 años de cárcel por el brutal ataque contra el escritor Salman Rushdie. El incidente ocurrió en agosto de 2022, durante un evento literario en Nueva York, cuando Matar apuñaló al autor más de una docena de veces.
El tribunal del condado de Chautauqua, en el oeste de Nueva York, dictó la sentencia tras un juicio que duró varias semanas. Matar, de origen libanés y residente de Nueva Jersey, fue encontrado culpable de intento de asesinato en segundo grado y agresión. La fiscalía solicitó la pena máxima, argumentando la gravedad del ataque.
Salman Rushdie, de 77 años, conocido por su novela “Los versos satánicos”, sufrió heridas devastadoras. Perdió la visión en un ojo y pasó semanas hospitalizado, enfrentando una larga recuperación. Durante el juicio, el escritor relató cómo sintió que su vida se desvanecía mientras yacía en un charco de sangre.
El ataque no solo dejó secuelas físicas en Rushdie, sino que reavivó el debate sobre la libertad de expresión. La novela de Rushdie, publicada en 1988, desató controversia tras ser considerada blasfema por algunos sectores, lo que llevó a una fatua emitida por Irán en 1989, pidiendo su muerte.
Matar, según las autoridades, actuó solo, pero se cree que fue influenciado por ideologías extremistas. En el juicio, gritó consignas a favor de Palestina y confesó haber leído solo dos páginas de la obra de Rushdie, asegurando que el autor “atacaba al islam”. Su defensa intentó sin éxito limitar las referencias a la fatua iraní.
El proceso judicial también destacó por las acusaciones federales contra Matar. Además de la condena estatal, enfrenta cargos por terrorismo, incluido el supuesto apoyo a Hezbolá, un grupo chiita libanés. Estos cargos serán tratados en un juicio separado.
Rushdie, quien ha vivido bajo amenaza durante décadas, publicó en 2024 un libro titulado “Cuchillo”, donde narra el impacto del ataque. En él, describe no solo el trauma físico, sino también su lucha por recuperar la normalidad tras el atentado.
La condena de Matar cierra un capítulo en esta historia, pero las heridas de Rushdie y las preguntas sobre la seguridad de los escritores persisten. El caso sigue siendo un recordatorio de los riesgos que enfrentan quienes desafían con sus palabras.