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¡Caos en el Puerto de Manzanillo! Bloqueo por despidos injustos paraliza el comercio

El Puerto de Manzanillo, uno de los más importantes de México, se encuentra en el ojo del huracán tras un bloqueo que paralizó sus operaciones. Trabajadores aduanales, indignados por el despido de cinco agentes, tomaron las instalaciones para exigir justicia. Las protestas han generado un caos logístico, con toneladas de mercancías varadas y pérdidas millonarias en el horizonte.
Todo comenzó cuando los agentes despedidos denunciaron acoso laboral y condiciones de trabajo inhumanas. Según los manifestantes, las autoridades portuarias han hecho caso omiso de sus demandas, obligándolos a jornadas extenuantes de hasta 18 horas sin respeto a sus derechos. La gota que derramó el vaso fue el despido de estos cinco trabajadores, quienes habrían sido castigados por alzar la voz.
El bloqueo, que comenzó la noche del miércoles, colapsó los accesos norte y sur del puerto. Camiones cargados de mercancías quedaron atrapados, mientras las autoridades de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) intentaban negociar con los inconformes. La situación escaló al punto de que el flujo comercial, vital para la economía mexicana, quedó completamente detenido.
Los trabajadores han dejado claro que no darán marcha atrás. Exigen la reinstalación de sus compañeros despedidos y mejoras inmediatas en sus condiciones laborales. Además, han señalado a funcionarios de la aduana, como Rodolfo Torres Chávez, por presuntos abusos de poder y prácticas que atentan contra su dignidad.
La crisis en Manzanillo no es un caso aislado. Los trabajadores han presentado quejas formales ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), denunciando no solo acoso, sino también violencia de género y tareas impuestas sin respaldo legal. Estas acusaciones han encendido las alarmas sobre la gestión de las aduanas en el país.
Mientras el puerto permanecía bloqueado, las autoridades de la Secretaría de Marina aseguraron estar en comunicación con los manifestantes. Sin embargo, las promesas de diálogo no han sido suficientes para calmar los ánimos. La comunidad portuaria, afectada por el paro, ha pedido a las empresas evitar enviar más unidades hasta que la situación se normalice.
Tras intensas horas de tensión, el embarcadero fue reabierto parcialmente el jueves por la mañana. Las autoridades permitieron la salida de algunos camiones que ya estaban dentro del puerto, pero el flujo normal de operaciones sigue lejos de recuperarse. La incertidumbre continúa, con los trabajadores firmes en su postura de no ceder.
Este conflicto expone, una vez más, las fallas en la gestión de los puertos mexicanos. Manzanillo, clave para el comercio con Asia y América, no puede permitirse estos tropiezos. Las pérdidas económicas ya se sienten, y la imagen del puerto como un eje confiable del comercio internacional está en entredicho.
La situación en Manzanillo es un reflejo de problemas más profundos en el sistema laboral del país. Mientras los trabajadores luchan por sus derechos, el gobierno enfrenta el desafío de responder sin agravar el conflicto. Por ahora, el puerto sigue bajo presión, y el desenlace de esta crisis aún es incierto.

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