En un giro inesperado, el expresidente francés Nicolas Sarkozy ha sido liberado del brazalete electrónico que llevaba desde febrero de 2025, tras ser condenado por corrupción y tráfico de influencias. La justicia francesa decidió otorgarle la libertad condicional antes de que cumpliera siquiera la mitad de su condena de un año de arresto domiciliario.
Sarkozy, quien gobernó Francia de 2007 a 2012, fue sentenciado en diciembre de 2024 por el Tribunal Supremo francés en el llamado “caso Bismuth”. Este escándalo reveló cómo el expresidente y su abogado intentaron obtener información privilegiada de un magistrado a cambio de favores, utilizando una línea telefónica secreta.
La condena marcó un hito: Sarkozy se convirtió en el primer expresidente francés obligado a cumplir una pena con brazalete electrónico. Desde su residencia, solo podía salir en horarios restringidos, un hecho que generó titulares en todo el mundo y críticas sobre la justicia francesa.
La decisión de retirar el brazalete ha desatado controversia. Mientras algunos celebran la medida como un acto de clemencia, otros cuestionan si refleja un trato preferencial para una figura política influyente. Sarkozy, de 70 años, podrá ahora moverse con mayor libertad, aunque sigue bajo supervisión judicial.
El caso Bismuth no es el único frente judicial de Sarkozy. Actualmente enfrenta un juicio por la presunta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi. Este proceso, que comenzó en enero de 2025 y se extenderá hasta abril, podría resultar en una pena de hasta diez años de cárcel.
Además, Sarkozy tiene pendiente otra condena en apelación por la financiación ilegal de su campaña de 2012, donde superó los límites de gasto con un esquema de facturas falsas. Aunque recurrió al Supremo, el fallo no llegará hasta mediados de 2025, manteniendo la incertidumbre sobre su futuro.
A pesar de estar alejado de la primera línea política, Sarkozy sigue siendo una figura influyente en la derecha francesa. Sus apariciones públicas, sus libros superventas y sus contactos con el presidente Emmanuel Macron lo mantienen en el radar político, incluso en medio de sus problemas legales.
La liberación anticipada de Sarkozy plantea preguntas sobre el sistema judicial francés y su manejo de casos de alto perfil. Mientras el expresidente busca limpiar su nombre, los ojos del mundo están puestos en los próximos capítulos de su saga judicial.

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Sarkozy libra el brazalete electrónico: Francia conmocionada por la liberación anticipada del expresidente
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