Este jueves 15 de mayo, Ronald Johnson, el nuevo embajador de Estados Unidos en México, pisó suelo mexicano con un perfil que ya genera controversia. Nombrado por el presidente Donald Trump, este exmilitar y exagente de la CIA aterrizó en la Ciudad de México para asumir un cargo clave en medio de tensiones bilaterales. Su llegada no pasa desapercibida, pues su historial y las políticas de Trump anticipan un enfoque duro en temas como migración y narcotráfico.
Johnson fue recibido por Mark Coolidge Johnson, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, en un evento captado por las redes sociales de la propia embajada. El diplomático, que juró su cargo ante el vicepresidente estadounidense J.D. Vance el pasado martes, tiene programada una reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum el próximo lunes 19 de mayo en Palacio Nacional. En este encuentro, entregará sus cartas credenciales, un trámite protocolario que marcará el inicio oficial de su misión.
El nuevo embajador no es un desconocido en la región. Entre 2019 y 2021, sirvió como embajador en El Salvador, donde trabajó de cerca con el presidente Nayib Bukele, un aliado clave de Trump. Su experiencia en ese país, según el gobierno estadounidense, logró reducir el crimen violento y la migración irregular a niveles históricos. Sin embargo, su perfil militar y su pasado en la CIA levantan sospechas en México, donde se teme que priorice los intereses de Washington sobre la cooperación bilateral.
Con una carrera de más de 40 años, Johnson es un veterano de las Fuerzas Especiales del Ejército estadounidense, conocido como “boina verde”. Se enlistó en 1971 en la Guardia Nacional de Alabama y alcanzó el rango de coronel antes de retirarse en 1998. Posteriormente, se unió a la CIA, donde participó en operaciones de inteligencia en América Latina, los Balcanes, Irak y Afganistán. Este historial lo convierte en una figura de mano dura, alineada con la agenda de Trump de “América Primero”.
La llegada de Johnson ocurre en un momento delicado. Las amenazas de Trump de imponer aranceles del 25% a productos mexicanos, junto con su promesa de deportaciones masivas, han tensado la relación con México. Además, recientes publicaciones de la Embajada de Estados Unidos en redes sociales, que mostraban a agentes estadounidenses en supuestos operativos contra narcolaboratorios en México, generaron fricciones. Claudia Sheinbaum desmintió estos operativos, asegurando que no hubo tal acción según la Fiscalía General de la República.
Durante su audiencia en el Senado estadounidense, Johnson no descartó la posibilidad de acciones militares contra cárteles mexicanos si la seguridad de ciudadanos estadounidenses estuviera en riesgo. Estas declaraciones encendieron las alarmas en México, donde la presidenta Sheinbaum fue tajante al responder que intervenciones militares “no están sobre la mesa” y que la soberanía nacional debe respetarse. Este roce inicial sugiere que la relación entre ambos países enfrentará retos significativos.
La reunión del lunes entre Sheinbaum y Johnson será breve, según la propia mandataria, quien adelantó que se centrará en la colaboración entre “socios comerciales, vecinos y países amigos”. Sin embargo, el enfoque de Johnson parece estar más orientado a cumplir las prioridades de Trump: frenar la migración, combatir el tráfico de fentanilo y desmantelar cárteles. Esto contrasta con el estilo más conciliador de su predecesor, Ken Salazar, quien dejó el cargo en enero tras desencuentros con el gobierno mexicano.
El nombramiento de Johnson, ratificado por el Senado de Estados Unidos el 9 de abril con 49 votos a favor y 46 en contra, refleja la intención de Trump de endurecer su postura hacia México. Su experiencia en operaciones especiales y su cercanía con figuras como Marco Rubio, propuesto como secretario de Estado, sugieren que la diplomacia estadounidense adoptará un tono más agresivo. México, por su parte, insiste en una relación basada en el respeto mutuo, pero el panorama luce complicado.
Mientras tanto, la sociedad mexicana observa con cautela. La llegada de un embajador con un perfil tan militarizado, en un contexto de presiones económicas y políticas, plantea dudas sobre el futuro de la relación bilateral. La renegociación del T-MEC, prevista para 2026, y las políticas migratorias de Trump serán temas clave que Johnson deberá abordar en su gestión.
El lunes marcará el primer cara a cara entre Sheinbaum y Johnson, un encuentro que podría sentar las bases de la relación México-Estados Unidos en los próximos años. Por ahora, el nuevo embajador ya está en México, y su presencia promete ser un factor de cambio en una de las relaciones diplomáticas más importantes del continente.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
¡Llega Ronald Johnson, el nuevo embajador de EU que promete sacudir la relación con México!
Compartir: