En Zapopan, Jalisco, la violencia no da tregua. Este martes, un nuevo episodio de inseguridad sacudió al municipio, cuando presuntos sicarios ejecutaron a dos personas, entre ellas una influencer, en una de las zonas más vigiladas de la ciudad. Los hechos ocurrieron a plena luz del día, en un área supuestamente resguardada por el sofisticado sistema de videovigilancia C5, que una vez más demostró ser ineficaz.
Los criminales, que se desplazaban en motocicletas, atacaron sin temor alguno. Una de las víctimas fue Valeria Márquez, una conocida influencer, quien fue asesinada mientras transmitía en vivo. La segunda víctima, un exdiputado local, también perdió la vida en el ataque. Ambos crímenes ocurrieron en lugares concurridos, lo que pone en evidencia la audacia de los delincuentes.
El sistema C5, que ha recibido millones de pesos en inversión, volvió a fallar estrepitosamente. A pesar de contar con miles de cámaras en la Zona Metropolitana de Guadalajara, las autoridades no lograron prevenir ni detener a los responsables. Este no es un caso aislado: el C5 ha sido criticado constantemente por su incapacidad para frenar la ola de violencia que azota Jalisco.
El alcalde de Zapopan, Juan José Frangie, lamentó los asesinatos y anunció que se reforzarán las medidas de seguridad, con un enfoque en los delincuentes que operan en motocicletas. Sin embargo, estas declaraciones suenan a promesas vacías para una ciudadanía que vive con miedo y desconfía de las instituciones.
Fuentes extraoficiales señalan que Ricardo Ruiz Velasco, alias “El Doble R”, líder de un grupo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), podría estar detrás de estos crímenes. La presencia del CJNG en Zapopan es un secreto a voces, y su poder parece crecer mientras las autoridades se muestran rebasadas.
La ciudadanía está harta. En redes sociales, los habitantes de Zapopan expresan su frustración por la falta de resultados. “¿De qué sirve tanta inversión en cámaras si los sicarios actúan como si nada?”, cuestiona un usuario. La percepción de inseguridad se agrava con cada nuevo incidente, y la confianza en el gobierno municipal se desvanece.
No es la primera vez que el C5 queda en entredicho. En los últimos años, ha sido blanco de críticas por su ineficiencia en casos de secuestros, asesinatos y robos. Incluso ha habido ataques directos contra su infraestructura, con postes y cámaras vandalizados, lo que sugiere que los criminales no le temen al sistema.
La violencia en Zapopan no solo afecta a las víctimas directas, sino a toda la comunidad. Las plazas comerciales, antes consideradas seguras, ahora son escenario de tiroteos y ejecuciones. Los ciudadanos evitan salir por miedo a quedar atrapados en un enfrentamiento, mientras los negocios sufren las consecuencias de la inseguridad.
Las autoridades estatales, encabezadas por el gobernador Enrique Alfaro, han invertido millones en el Escudo Urbano C5, pero los resultados son nulos. En su último informe, Alfaro presumió haber modernizado un sistema “obsoleto”, pero los hechos demuestran lo contrario: Jalisco sigue siendo uno de los estados más violentos del país.
La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta cuándo? La ciudadanía exige respuestas concretas y acciones efectivas para recuperar la seguridad. Mientras tanto, Zapopan se hunde en una crisis que parece no tener fin, y los sicarios continúan actuando con total impunidad.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
La inseguridad en Zapopan alcanza niveles alarmantes: sicarios actúan con total impunidad
Compartir: