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¡El misterio de los gatos naranjas al fin resuelto! Un descubrimiento genético que sorprende al mundo

Un grupo de científicos ha dado un paso gigante en el fascinante mundo de la genética felina al descubrir qué hace que los gatos naranjas sean tan especiales. Este hallazgo, liderado por expertos de la Universidad de Stanford y la Universidad de Kyushu, revela una mutación genética única que explica el vibrante pelaje de estos felinos.
La clave está en el cromosoma X, donde se encuentra el gen ARHGAP36. Este gen, que normalmente participa en el desarrollo embrionario, presenta una deleción de 5,1 kilobases en los gatos naranjas. Esta alteración provoca que las células pigmentarias produzcan más feomelanina, el pigmento responsable de los tonos rojizos y anaranjados, en lugar de eumelanina, que genera colores oscuros.
Lo más curioso es que esta mutación explica por qué la mayoría de los gatos naranjas son machos. Los machos, al tener un solo cromosoma X, expresan el color naranja de manera uniforme si heredan la mutación. Las hembras, en cambio, con dos cromosomas X, suelen mostrar patrones mixtos, como los característicos pelajes carey o calicó, debido a la inactivación aleatoria de uno de los cromosomas.
El descubrimiento no solo resuelve un enigma que intrigaba a los científicos desde hace más de 60 años, sino que también arroja luz sobre la historia de los gatos domésticos. Pinturas del siglo XII ya mostraban gatos naranjas, lo que sugiere que esta mutación apareció temprano en la domesticación felina, posiblemente porque su color llamativo cautivó a los humanos.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los genomas de cientos de gatos de todo el mundo, desde ejemplares callejeros en Japón hasta gatos domésticos en Estados Unidos. También estudiaron tejidos de piel y realizaron experimentos con células pigmentarias, confirmando que la mutación afecta específicamente la producción de color sin comprometer la salud de los felinos.
Este avance no solo es un hito para los amantes de los gatos, sino que también tiene implicaciones más amplias. El gen ARHGAP36 está involucrado en procesos biológicos clave, y su estudio podría ofrecer pistas sobre el desarrollo celular, el cáncer y otras áreas de la biomedicina. Los gatos, una vez más, demuestran ser un modelo valioso para la ciencia.
Además, el hallazgo desmiente mitos populares, como la idea de que los gatos naranjas son menos inteligentes. Los científicos aseguran que no hay evidencia de que el color del pelaje influya en el comportamiento o la inteligencia, aunque muchos dueños juran que sus gatos naranjas son más cariñosos.
Este descubrimiento conecta el pasado con el presente, desde los gatos venerados en el antiguo Egipto hasta el icónico Garfield. La próxima vez que veas a un gato naranja, recuerda que su pelaje no es solo un capricho de la naturaleza, sino el resultado de una fascinante historia genética que la ciencia apenas comienza a descifrar.

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