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Claudia Sheinbaum promete aumento salarial a maestros, pero ¿es suficiente para calmar el descontento?

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció un incremento del 9 por ciento al salario de los maestros mexicanos, retroactivo al 1 de enero de 2025, durante un evento por el Día del Maestro en la Secretaría de Educación Pública. Este ajuste, según la mandataria, representa un esfuerzo del gobierno federal por reconocer la labor docente, aunque no dejó de admitir que “ojalá pudiéramos dar más”.
El aumento salarial no llega solo. A partir de septiembre, los docentes recibirán un 1 por ciento adicional, completando un 10 por ciento global antes de que termine el año. Sin embargo, este anuncio ha generado reacciones mixtas, especialmente entre los maestros que, en repetidas ocasiones, han exigido un incremento del 100 por ciento para hacer frente a la inflación y al costo de vida.
Además del ajuste salarial, Sheinbaum propuso una semana adicional de vacaciones para los maestros, argumentando que el actual calendario escolar deja poco tiempo de descanso. La presidenta destacó que, tras un análisis de calendarios escolares internacionales, se decidió “recortar” la última semana de clases para beneficiar al magisterio, que suele trabajar antes y después del periodo lectivo oficial.
El costo de estas medidas no es menor. Según la propia Sheinbaum, el aumento salarial implica un gasto anual adicional de 36 mil millones de pesos. Este monto, aunque significativo, no parece satisfacer las demandas de sectores como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que ha protagonizado protestas y plantones en el Zócalo capitalino.
En el mismo evento, la presidenta abordó otras preocupaciones del magisterio, como la reforma a la Ley del ISSSTE de 2007, que calificó de “injusta” por haber reducido derechos laborales y pensiones. Aunque expresó su deseo de revertir estos cambios, señaló que las limitaciones presupuestales hacen que las soluciones no sean inmediatas.
Sheinbaum también anunció un decreto para mejorar la movilidad laboral de los docentes, eliminando la Unidad de Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM). La propuesta busca que los cambios de centro de trabajo se realicen de manera presencial, considerando únicamente la antigüedad, lo que, según la mandataria, garantizará transparencia y justicia.
Otro punto destacado fue la promesa de congelar la edad de jubilación para los maestros bajo el régimen del décimo transitorio, así como reducir deudas de créditos del FOVISSSTE. La presidenta enfatizó que el objetivo es que este organismo no solo otorgue créditos, sino que construya viviendas dignas para los docentes.
Mientras Sheinbaum celebraba estos anuncios con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), las calles aledañas a la SEP eran escenario de protestas de la CNTE. Los manifestantes, que iniciaron un paro nacional, consideran insuficientes las medidas y exigen cambios estructurales que realmente transformen las condiciones laborales del magisterio.
El contraste entre los anuncios oficiales y las demandas de los docentes refleja la complejidad del panorama educativo en México. Aunque el gobierno de Sheinbaum busca proyectar un compromiso con la educación pública, las inconformidades persisten, y el descontento podría escalar si no se atienden las voces más críticas del sector.

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