Un nuevo episodio de violencia sacude Ciudad Juárez. La noche de este jueves, un despachador de una gasera fue asesinado a balazos en la colonia Azteca, en un ataque que refleja la inseguridad que azota la región. El crimen ocurrió en la estación de SuperGas, ubicada en el cruce de la calle Usumacintas y la avenida Tetzalez.
El responsable, según testigos, fue un sicario que se hizo pasar por cliente. Con engaños, se acercó al despachador y, sin mediar palabra, lo sorprendió con disparos a quemarropa. La víctima no tuvo oportunidad de defenderse, cayendo sin vida en el lugar de los hechos.
Las autoridades locales acudieron al sitio tras el reporte de los vecinos, pero el agresor ya había huido. La escena, marcada por la tragedia, fue acordonada para que los peritos recolectaran evidencias. Hasta el momento, no se ha identificado al responsable ni se han revelado avances en la investigación.
Este asesinato se suma a la ola de violencia que no da tregua en Ciudad Juárez. Los habitantes de la colonia Azteca, consternados, expresaron su temor ante la falta de seguridad. La presencia de sicarios operando con total impunidad genera un clima de incertidumbre en la comunidad.
El modus operandi del atacante, quien utilizó el engaño para acercarse a su víctima, evidencia la audacia de los criminales en la ciudad. Este tipo de crímenes, ejecutados con frialdad, pone en entredicho las estrategias de seguridad implementadas por las autoridades locales.
La gasera SuperGas, escenario del homicidio, es un lugar frecuentado por vecinos y automovilistas. Ahora, lo que era un establecimiento cotidiano se ha convertido en el recordatorio de un problema mayor: la violencia que permea las calles de Juárez.
Mientras las investigaciones continúan, la ciudadanía exige respuestas. Los juarenses viven con el temor de ser las próximas víctimas de un ataque similar, en un contexto donde los delitos de alto impacto parecen no tener freno.
Este trágico suceso vuelve a encender las alarmas sobre la crisis de inseguridad en Chihuahua. La pregunta que resuena entre los habitantes es clara: ¿hasta cuándo seguirán las calles siendo escenario de crímenes impunes?