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Vivienda para el Bienestar en Chihuahua: ¿Promesa Real o Más Palabras Vacías del Gobierno?

El programa Vivienda para el Bienestar, impulsado por el gobierno de Claudia Sheinbaum, ha llegado a Chihuahua con la promesa de construir miles de hogares para familias de bajos ingresos. Según el anuncio, se planea edificar más de 13 mil viviendas en 19 municipios del estado, con una inversión millonaria que busca reducir el rezago habitacional. Pero, ¿es esto una solución genuina o solo otro proyecto rimbombante para ganar aplausos?
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), encabezada por Edna Vega Rangel, asegura que el programa priorizará a quienes ganan menos de dos salarios mínimos. Las viviendas, de 60 metros cuadrados, vendrían con créditos subsidiados a tasa cero, algo que suena atractivo para quienes sueñan con un hogar propio. Sin embargo, la historia de programas federales similares está plagada de promesas incumplidas y proyectos abandonados.
En Chihuahua, la gobernadora Maru Campos firmó un convenio con la Sedatu para sumarse al plan. A diferencia de otros gobiernos de Morena, el suyo no está ligado al partido oficialista, pero la colaboración con el gobierno federal levanta sospechas. ¿Realmente se logrará construir en los terrenos donados por el estado, o veremos más fraccionamientos sin servicios, como los infames Riberas de Sacramento?
El programa también contempla la regularización de 4 mil escrituras en los próximos seis años, un esfuerzo que podría dar seguridad jurídica a miles de familias. Sin embargo, la burocracia y la lentitud de los procesos en México suelen convertir estas metas en espejismos. La pregunta es si este gobierno, conocido por su opacidad, podrá cumplir con plazos y calidad.
Otro punto que genera dudas es el costo de las viviendas. Aunque se habla de un precio aproximado de 800 mil pesos, el Infonavit y el Fovissste ofrecen créditos de hasta 600 mil pesos para quienes ganan entre 5 mil y 13 mil pesos mensuales. Esto deja un hueco financiero que muchas familias no podrán cubrir, especialmente en un contexto de inflación y salarios estancados.
La Sedatu presume que ya se cuenta con casi la mitad del suelo necesario para construir 9 mil 466 viviendas en el estado. Pero la selección de terrenos, que apenas se definirá en reuniones con autoridades locales, podría retrasar el proyecto. En el pasado, la falta de planeación ha llevado a desarrollos alejados de las ciudades, sin acceso a transporte o servicios básicos.
El gobierno federal asegura que este programa es parte de una estrategia nacional para construir 1.1 millones de viviendas y mejorar 1.55 millones más. Cifras impresionantes, sin duda, pero la realidad en Chihuahua y otros estados suele ser menos brillante. Proyectos similares han terminado en casas mal construidas, abandonadas o entregadas a cuentagotas.
Mientras tanto, alcaldes de municipios como Chihuahua, Juárez, Cuauhtémoc y Delicias han mostrado su apoyo al programa. Sin embargo, la coordinación entre los tres niveles de gobierno es un desafío histórico en México. Si algo falla en la ejecución, las familias más necesitadas serán, como siempre, las más afectadas.
El programa Vivienda para el Bienestar podría ser una oportunidad para transformar la vida de miles de chihuahuenses. Pero la sombra de la ineficiencia, la corrupción y las promesas vacías del gobierno federal no se disipa fácilmente. Solo el tiempo dirá si esta iniciativa es un paso hacia el bienestar o un nuevo capítulo de decepciones.

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