El pueblo uruguayo se volcó a las calles de Montevideo para despedir a José “Pepe” Mujica, el expresidente que marcó la historia del país con su humildad y compromiso. Este miércoles, un multitudinario cortejo fúnebre recorrió la capital, partiendo desde la Torre Ejecutiva, en un homenaje cargado de simbolismo. Mujica, fallecido a los 89 años, dejó un legado que trasciende fronteras.
El recorrido comenzó a las 10 de la mañana, cuando el féretro, cubierto con la bandera de Uruguay, fue colocado en una cureña de artillería. Acompañado por la viuda de Mujica, Lucía Topolansky, el presidente Yamandú Orsi encabezó la ceremonia inicial, colocando el pabellón nacional sobre el ataúd. Miles de personas, muchas con banderas del Frente Amplio, se unieron al cortejo, coreando frases como “No me voy, estoy llegando”, palabras que Mujica pronunció al dejar la presidencia en 2015.
El cortejo hizo paradas en lugares clave de la trayectoria política de Mujica. La primera fue la sede del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, donde militó en los años 60 y 70, enfrentando años de prisión durante la dictadura. Luego, pasó por la sede del Movimiento de Participación Popular, agrupación que fundó, y finalmente por el Frente Amplio, coalición que lo llevó a la presidencia. Cada parada reflejó las etapas de una vida dedicada a la lucha social.
A lo largo de la avenida 18 de Julio, la principal de Montevideo, ciudadanos de todas las edades se congregaron para rendir homenaje. Algunos aplaudían, otros lloraban, mientras el carruaje tirado por caballos avanzaba en un silencio respetuoso. La imagen de militantes vestidos de negro, con camisetas que recordaban las palabras de Mujica, marcó un momento de profunda emoción para los presentes.
El velorio público comenzó a las 3 de la tarde en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Las puertas se abrieron para que la ciudadanía pudiera despedirse, en un acto que se espera se extienda hasta el jueves. No hay límite de tiempo para el homenaje, y se anticipa la llegada de líderes internacionales, lo que podría prolongar la ceremonia. Los restos de Mujica serán cremados en privado, según su deseo.
Mujica falleció el martes tras una dura batalla contra un cáncer de esófago, diagnosticado en 2023, que se extendió al hígado. A pesar de su delicada salud, se mantuvo activo hasta sus últimos días, fiel a su estilo austero y cercano. Su muerte ha generado reacciones en todo el mundo, con figuras como el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva destacando su “grandeza humana” y compromiso con la unidad latinoamericana.
El gobierno uruguayo decretó duelo nacional del 14 al 16 de mayo. Durante estos días, la bandera ondeará a media asta en edificios públicos, embajadas y cuarteles. Este gesto refleja el impacto de Mujica, no solo como presidente entre 2010 y 2015, sino como símbolo de resistencia y simplicidad en la política.
La despedida de Mujica es también un momento de reflexión para Uruguay. Su vida, desde su pasado como guerrillero hasta su presidencia marcada por la austeridad, dejó una huella imborrable. En un mundo de polarización, su mensaje de respeto por las diferencias resuena como un llamado a la unidad.
El cortejo y el velorio son la última muestra de cariño de un pueblo que lo vio como uno de los suyos. Montevideo, en cada esquina, recuerda a un hombre que vivió conforme a sus ideales. Su legado, como él mismo dijo, no termina: está apenas llegando.

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Uruguay despide a José Mujica en un emotivo adiós que une a miles en Montevideo
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