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Sector ganadero en crisis por el veto de Estados Unidos a exportaciones mexicanas

El sector ganadero mexicano enfrenta una grave crisis económica tras el cierre temporal de la frontera estadounidense a las exportaciones de bovinos. La medida, impuesta por problemas sanitarios relacionados con el gusano barrenador, ha generado pérdidas millonarias y una creciente preocupación entre los productores.
Según el Reporte Semanal Agroalimentario del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, el veto estadounidense ha tomado por sorpresa a los ganaderos mexicanos. Las largas demoras en los procesos de inspección, sumadas a la exigencia de mayores controles sanitarios por parte de ambos países, han paralizado el flujo comercial.
A pesar de que los precios nacionales de ganado se mantienen estables, la incertidumbre persiste en el mercado. Los productores temen que las consecuencias económicas se agraven si no se resuelve pronto la situación, afectando no solo sus ingresos, sino también el bienestar de los animales.
El gusano barrenador, una plaga que había sido erradicada en México en 1991, ha resurgido en el sur del país. Hasta el 29 de abril, la Organización Mundial de Sanidad Animal reportó 563 casos, principalmente en Oaxaca y Veracruz, lo que motivó la decisión de Estados Unidos de cerrar sus fronteras al ganado mexicano.
El gobierno mexicano ha respondido con la implementación de 17 Puntos de Verificación e Inspección Federal, y se prepara uno adicional en Pedregal, Veracruz. Sin embargo, los ganaderos reportan serios retrasos en estas inspecciones debido a la falta de personal oficial, lo que complica aún más la situación.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado que se están fortaleciendo las medidas sanitarias para evitar la propagación de la plaga. En una conferencia desde el Palacio Nacional, afirmó que existe coordinación con la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos, aunque descartó un cierre permanente de la frontera como una solución viable.
Los ganaderos exigen una respuesta inmediata de las autoridades para mitigar las pérdidas económicas. La paralización de las exportaciones no solo afecta a los productores, sino también a toda la cadena productiva, incluyendo transportistas, veterinarios y proveedores de alimentos.
La medida de Estados Unidos ha generado un impacto severo en estados del norte como Sonora y Chihuahua, que exportan miles de cabezas de ganado diariamente. El Consejo Nacional Agropecuario estima que México podría estar perdiendo hasta 11.4 millones de dólares al día por este veto.
La crisis evidencia los retos que enfrenta el sector ganadero mexicano ante problemas sanitarios y la dependencia de las exportaciones al mercado estadounidense. Los productores advierten que, sin una solución rápida, las consecuencias podrían extenderse a toda la economía rural.

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