El gobierno de Claudia Sheinbaum, a través de la Secretaría de Economía, ha lanzado una propuesta ambiciosa: incluir un capítulo exclusivo sobre semiconductores en la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta iniciativa, encabezada por el secretario Marcelo Ebrard, pretende posicionar a México como un jugador clave en la industria tecnológica global, pero ¿será suficiente para contrarrestar las tensiones comerciales con Estados Unidos?
La Secretaría de Economía asegura que México ya ha cumplido 16 de las 30 metas establecidas en el Plan Maestro de Semiconductores 2024-2030, apenas ocho meses después del inicio del gobierno de Sheinbaum. Este plan busca convertir al país en un referente mundial en la producción de chips, componentes esenciales para dispositivos electrónicos, automóviles y más. Sin embargo, el ritmo acelerado de estos anuncios genera dudas sobre la solidez de los avances.
La propuesta de un capítulo de semiconductores en el T-MEC surge en un momento crítico. La revisión del tratado, que podría adelantarse a la segunda mitad de 2025, se perfila como una oportunidad para atraer inversiones tecnológicas de gran escala. Pero las fricciones comerciales con el gobierno de Donald Trump, quien asumió la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, podrían complicar las negociaciones. ¿Está México preparado para este desafío?
Durante una reciente reunión de seguimiento, Ebrard destacó la necesidad de optimizar permisos de importación y fortalecer la cadena de proveeduría. Empresas como Cisco, Foxconn, Qualcomm e IBM, junto con organismos como la CANIETI, respaldan la iniciativa. No obstante, la dependencia de México en componentes chinos para semiconductores podría ser un obstáculo, especialmente ante los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos asiáticos.
Un hito reciente fue la entrega del sello “Hecho en México” a Circuify Semiconductors, una empresa fundada por ingenieros mexicanos que diseñan chips de hasta tres nanómetros. Este logro se presenta como una muestra del potencial nacional, pero críticos advierten que México aún está lejos de competir con gigantes como Taiwán o Corea del Sur en este sector altamente especializado.
La Embajada de Estados Unidos ha mostrado interés en retomar el impulso de este proyecto, especialmente tras la llegada del nuevo embajador Ronald Johnson. Esta señal diplomática podría facilitar la cooperación, pero las tensiones comerciales persisten. Ebrard insiste en que adelantar la revisión del T-MEC reducirá la incertidumbre, aunque no ha aclarado cómo se resolverán los conflictos actuales.
El Plan Maestro de Semiconductores también enfrenta retos internos. Con 14 metas aún por cumplir, México debe invertir en talento técnico y infraestructura para consolidar su posición en un mercado global competitivo. La formación de especialistas y la colaboración con universidades serán clave, pero los recursos y el tiempo son limitados.
El gobierno de Sheinbaum apuesta por un México tecnológicamente avanzado, pero la ambición de este proyecto choca con la realidad de un sector dominado por potencias extranjeras. La inclusión de un capítulo de semiconductores en el T-MEC podría ser un paso histórico, o simplemente un movimiento propagandístico para ganar titulares. El futuro de esta industria en México sigue en juego.

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Secretaría de Economía busca revolucionar el T-MEC con un capítulo de semiconductores
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