En un operativo en Degollado, Jalisco, autoridades federales decomisaron más de 16 mil litros de hidrocarburo robado, evidenciando la persistencia del robo de combustible en la región. El hallazgo se suma a una serie de casos que reflejan la incapacidad para frenar este delito que afecta a la nación.
La Fiscalía General de la República informó que el aseguramiento ocurrió tras un cateo en un inmueble del municipio. Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional detectaron tomas clandestinas conectadas al poliducto Salamanca-Guadalajara, una infraestructura clave de Pemex que sigue siendo blanco de los huachicoleros.
En el lugar se encontraron cuatro contenedores con 16 mil 350 litros de combustible de dudosa procedencia. Además, se aseguraron cuatro mangueras utilizadas para extraer el hidrocarburo ilegalmente, lo que demuestra la organización detrás de estas actividades delictivas.
El operativo no dejó detenidos, un hecho que levanta sospechas sobre la efectividad de las autoridades para capturar a los responsables. Este no es un caso aislado, ya que Degollado ha sido señalado como uno de los puntos críticos para el robo de combustible en Jalisco.
La Secretaría de la Defensa Nacional reportó que las tomas clandestinas estaban ubicadas en el poblado de La Viborilla, cerca del kilómetro 109 del poliducto. Este hallazgo refuerza la necesidad de mayor vigilancia en la zona, donde los delincuentes operan con aparente impunidad.
El combustible y los equipos asegurados fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal, que continuará con las investigaciones. Sin embargo, la falta de avances concretos en la captura de los líderes de estas redes delictivas genera preocupación entre la población.
Jalisco se mantiene como uno de los estados con mayor incidencia de tomas clandestinas, según reportes recientes. Municipios como Degollado, Atotonilco y Tototlán concentran la mayoría de estos casos, lo que evidencia un problema estructural que no ha sido atendido de raíz.
El robo de hidrocarburo no solo representa pérdidas millonarias para Pemex, sino también un riesgo para las comunidades cercanas debido a las fugas y explosiones que pueden generarse. La inseguridad en la región sigue creciendo, mientras las promesas de control parecen quedarse en el discurso.
Este nuevo decomiso pone en el reflector la urgencia de estrategias más efectivas contra el huachicoleo. La ciudadanía exige resultados concretos, pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo se permitirá que este delito continúe sin freno?

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Más de 16 mil litros de hidrocarburo robado asegurados en Degollado, Jalisco, en un nuevo golpe al huachicoleo
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