En un evento sin precedentes, el papa León XIV, conocido por su amor al tenis, recibió al número uno del mundo, el italiano Jannik Sinner, en una audiencia privada en el Vaticano. El encuentro, que tuvo lugar en las salas cercanas al Aula Pablo VI, reunió al pontífice con el tenista y sus familias en un ambiente lleno de camaradería.
El papa León XIV, de origen estadounidense, no ocultó su entusiasmo por el deporte. Durante la reunión, bromeó con Sinner sobre la posibilidad de jugar un partido, aunque aclaró entre risas que no sería en el Vaticano para evitar romper algo. La pasión del pontífice por el tenis es bien conocida, y este encuentro resaltó su conexión con el deporte.
Jannik Sinner, quien se encuentra en Roma compitiendo en el Masters 1000, aprovechó un día de descanso para visitar al papa. Acompañado por sus padres, Hanspeter y Siglinde, el tenista expresó su honor por conocer a un pontífice tan aficionado al tenis, destacando lo positivo que es para los deportistas contar con su apoyo.
El presidente de la Federación Italiana de Tenis, Angelo Binaghi, también estuvo presente y obsequió al papa réplicas de los trofeos de la Copa Davis y la Billie Jean King Cup, ganados por Italia en 2024. Además, le extendió una invitación para asistir al torneo de Roma, un gesto que refuerza la conexión entre el Vaticano y el mundo del tenis.
Sinner, por su parte, regaló al papa una raqueta similar a la que usa en sus partidos, un detalle que León XIV recibió con una sonrisa. El pontífice incluso preguntó al tenista sobre su desempeño en el torneo, mostrando un interés genuino en su carrera y en el desarrollo del Masters 1000.
El encuentro no solo fue un momento de unión entre el deporte y la fe, sino también una oportunidad para destacar la humildad y cercanía del papa León XIV. Su afición por el tenis, que practicó en su juventud, ha generado interés en la comunidad deportiva, y este evento lo consolida como un “papa tenista”.
Para Sinner, de 23 años, la visita fue un momento especial en medio de su participación en Roma, donde ha regresado tras una suspensión de tres meses. El tenista, que domina el circuito mundial con títulos como el Abierto de Australia y el US Open, se mostró agradecido por la experiencia.
La reunión entre León XIV y Sinner refleja cómo el deporte puede tender puentes incluso en los escenarios más inesperados. Este encuentro, lleno de risas y gestos de aprecio, quedará como un hito en la historia del tenis y del Vaticano.