En el corazón de Monterrey, cientos de adultos mayores soportaron temperaturas abrasadoras para cobrar su pensión del Bienestar, en una escena que pone en evidencia las dificultades que enfrentan los beneficiarios de este programa federal. Las largas filas bajo el sol, en la sucursal del Banco del Bienestar ubicada en Mariano Escobedo, se convirtieron en un desafío físico para personas de la tercera edad, muchos de ellos con problemas de movilidad.
La jornada comenzó desde temprano, con beneficiarios llegando antes de las 6 de la mañana para asegurar un lugar en la fila. A pesar de sus esfuerzos, la espera se prolongó por horas, agravada por la falta de sombra y asientos en las instalaciones. Las temperaturas, que superaron los 40 grados, aumentaron el riesgo de deshidratación y golpes de calor, especialmente para aquellos que dependen de sillas de ruedas, andadores o bastones.
Francisca Martínez, de 74 años, fue una de las tantas personas afectadas. Acompañada por su hija, quien hizo la fila por ella, Martínez relató que sus problemas de salud le impiden permanecer de pie por mucho tiempo. Su caso no es aislado; muchos adultos mayores expresaron su frustración por las condiciones en las que deben realizar este trámite esencial para su sustento.
La pensión del Bienestar, que para el bimestre mayo-junio asciende a 6,200 pesos, es un apoyo crucial para millones de mexicanos. Sin embargo, la desorganización en las sucursales bancarias pone en riesgo la salud de los beneficiarios. Algunos señalaron que, en el pasado, se proporcionaban sillas para aliviar la espera, pero esta medida ya no está disponible, lo que agrava la situación.
El Banco del Bienestar ha sido criticado en repetidas ocasiones por la falta de infraestructura adecuada. En Monterrey, los usuarios denunciaron que los cajeros automáticos a menudo se quedan sin efectivo, lo que obliga a más personas a esperar en ventanilla. Esta problemática no es nueva; en años anteriores, las filas en esta sucursal han sido un dolor de cabeza constante para los pensionados.
A pesar de las dificultades, los beneficiarios reconocieron que la fila avanzaba con relativa rapidez en comparación con ocasiones anteriores. Sin embargo, esto no compensa el esfuerzo físico y emocional que implica el trámite. Algunos, como Consuelo Pineda, de 68 años, llegaron a las 8 de la mañana, una hora antes de la apertura del banco, solo para enfrentar una espera agotadora bajo el sol.
Las autoridades han sugerido que los beneficiarios pueden retirar su dinero en cajeros de otros bancos para evitar las filas, pero esta opción no es ideal para todos. Muchos prefieren acudir al Banco del Bienestar para evitar posibles comisiones, lo que resulta en una mayor aglomeración en las sucursales. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de mejorar la logística de los pagos.
La escena en Monterrey es un reflejo de los retos que enfrentan los adultos mayores en todo el país al intentar acceder a su pensión. Mientras el programa del Bienestar busca garantizar un ingreso digno, las condiciones en las que se entrega el apoyo económico distan de ser óptimas. La falta de medidas para proteger a los beneficiarios, especialmente en climas extremos, sigue siendo una asignatura pendiente.
A medida que las temperaturas continúan en aumento, la salud de los adultos mayores está en juego. La imagen de personas de la tercera edad esperando bajo el sol no solo es desgarradora, sino también un llamado a replantear la forma en que se distribuyen estos apoyos esenciales. Por ahora, los beneficiarios siguen enfrentando estos obstáculos con resignación, pero con la esperanza de que las cosas mejoren.

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Adultos mayores enfrentan calor extremo en filas interminables para cobrar su pensión en Monterrey
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