En un nuevo episodio de violencia que sacude a Veracruz, Esteban Alfonseca Salazar, exalcalde de Actopan, y Edmundo Martínez Pérez, exregidor, fueron brutalmente asesinados en la medianoche del lunes. El ataque ocurrió en una carretera del municipio, cuando ambos regresaban de un evento de campaña en apoyo al candidato de Morena.
Los primeros reportes indican que los exfuncionarios fueron emboscados por sujetos armados. El vehículo en el que viajaban quedó destrozado por los disparos, evidenciando la ferocidad del ataque. Las autoridades locales acordonaron la zona, pero hasta el momento no hay detenidos ni avances claros en la investigación.
Esteban Alfonseca, quien gobernó Actopan entre 2014 y 2017 bajo las siglas del PRI, era una figura conocida en la región. Su asesinato, junto al de Martínez Pérez, ha generado indignación entre los habitantes, quienes exigen respuestas ante la escalada de inseguridad que azota el estado.
La Fiscalía General de Veracruz confirmó que ya se abrió una carpeta de investigación. Sin embargo, la falta de resultados inmediatos ha avivado las críticas hacia las autoridades, quienes parecen incapaces de frenar la ola de violencia que afecta a la entidad.
El hecho de que el crimen ocurriera tras un evento político de Morena ha levantado sospechas sobre posibles motivos políticos. Aunque no se han establecido vínculos directos, la cercanía con el proceso electoral intensifica las tensiones en un estado ya golpeado por la delincuencia.
Veracruz se ha convertido en uno de los focos rojos del país en materia de seguridad. Los asesinatos de figuras públicas, como exalcaldes y regidores, son una constante que refleja la impunidad con la que operan los grupos criminales en la región.
Este doble homicidio se suma a una larga lista de ataques contra políticos y exfuncionarios en México. La incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad de sus ciudadanos, y más aún de quienes han ocupado cargos públicos, es un tema que sigue sin respuesta.
La comunidad de Actopan está de luto, pero también llena de temor. Los habitantes se preguntan quién será el próximo en caer en un contexto donde la violencia parece no tener fin, y las autoridades no logran ofrecer soluciones efectivas.
Mientras tanto, el proceso electoral en curso sigue marcado por la sombra de la inseguridad. Los candidatos y sus equipos enfrentan un panorama de alto riesgo, donde eventos como este siembran miedo y desconfianza en la población.
La tragedia de Alfonseca y Martínez es un recordatorio brutal de la crisis que vive Veracruz. La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta cuándo se seguirá normalizando esta violencia sin que haya un cambio real?