En el corazón de Xochimilco, los canales del emblemático embarcadero Zacapa amanecieron cubiertos de peces muertos, una imagen desoladora que ha encendido las alarmas entre los habitantes de la zona. Carpas, mojarras y tilapias flotan sin vida, víctimas de lo que parece ser un nuevo episodio de contaminación en esta área declarada Patrimonio de la Humanidad.
La noticia no es nueva. En 2022 y 2024, los canales de Xochimilco ya enfrentaron situaciones similares, con miles de peces muertos debido a la llegada de aguas residuales y la falta de oxígeno en el agua. Este 2025, el problema persiste, y los vecinos señalan directamente a las descargas de aguas negras provenientes del Cerro de la Estrella como la principal causa.
Los remeros, quienes dependen del turismo en las trajineras, están desesperados. La muerte masiva de peces no solo daña la fauna, sino que afecta directamente su sustento. Reportan una caída del 30 por ciento en las visitas, lo que pone en riesgo el ingreso de al menos 100 familias que viven de esta actividad tradicional.
La calidad del agua en los canales es alarmante. Estudios de la UNAM han revelado que el 80 por ciento del agua en Xochimilco no es apta para la vida acuática. La urbanización descontrolada, la saturación de las plantas de tratamiento y el uso de pesticidas en cultivos cercanos agravan la crisis, concentrando contaminantes en un ecosistema cada vez más frágil.
La alcaldía Xochimilco, encabezada por Morena, ha prometido investigar las causas de este desastre. Personal de la Dirección de Medio Ambiente ya realiza análisis en el embarcadero Zacapa, pero los vecinos critican la falta de plazos claros y acciones concretas. Las promesas de sanidad hídrica no son nuevas, y la paciencia de la comunidad se agota.
El impacto va más allá de lo económico. Los habitantes reportan problemas de salud, como irritaciones en la piel, debido al contacto con el agua contaminada. Las chinampas, que producen alimentos como lechugas y rábanos, podrían estar absorbiendo metales pesados, lo que representa un riesgo para la salud pública.
La hipoxia, o falta de oxígeno en el agua, es una de las teorías principales detrás de la mortandad. Los canales, con profundidades de apenas 80 centímetros en algunos tramos, no tienen el caudal necesario para mantener la vida acuática. La sequía en la Ciudad de México y la mala gestión de compuertas agravan este problema.
Xochimilco no es solo un destino turístico; es un símbolo de la identidad mexicana. La muerte de su fauna y la contaminación de sus canales son una advertencia de que este tesoro está en peligro. Sin acciones urgentes, el daño podría ser irreversible, afectando no solo a la naturaleza, sino a la cultura y la economía de la región.
Mientras las autoridades prometen soluciones, los peces siguen muriendo, y los canales, que alguna vez fueron un orgullo, hoy reflejan el descuido. La pregunta que queda es si esta vez habrá un cambio real o si Xochimilco seguirá siendo testigo de promesas vacías.

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Peces muertos en Xochimilco: un desastre ambiental que la alcaldía no puede ignorar
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