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Inauguran Gasolinera del Bienestar en Creel: ¿Progreso Real o Promesas Vacías?

En el corazón de la Sierra Tarahumara, el pueblo mágico de Creel, Chihuahua, fue escenario de un evento que el gobierno federal presentó como un gran avance: la inauguración de la Gasolinera del Bienestar. Con la presencia de figuras como Edna Vega Rangel, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, y Mayra Chávez Jiménez, delegada de Programas para el Bienestar en Chihuahua, se cortó el listón de esta nueva estación de servicio. Pero, ¿qué tan significativo es este proyecto para los habitantes de la región?
La Gasolinera del Bienestar forma parte del Plan de Apoyo Integral para el Ejido Creel, una iniciativa impulsada por el gobierno de México. Según las autoridades, el objetivo es fortalecer la economía local mediante un modelo de cooperativa que permita a la comunidad gestionar el negocio. Además, se promete que los recursos obtenidos se reinvertirán en proyectos de infraestructura, ecoturismo y mejoras para la comunidad. Suena prometedor, pero los antecedentes de programas similares invitan a la cautela.
Este proyecto no llegó solo. Junto a la gasolinera, se inauguraron un comedor comunitario y un salón ejidal de eventos, ambos también gestionados por cooperativas locales. Las autoridades destacaron el trabajo conjunto entre dependencias como la Secretaría de Bienestar, la Secretaría de Energía, Pemex y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, no se especificó cuánto tiempo llevará ver resultados tangibles ni cómo se garantizará la transparencia en el manejo de los fondos.
La ceremonia estuvo marcada por un toque cultural, con una danza rarámuri que agradeció la llegada de estos proyectos. Los danzantes, provenientes de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Creel, recorrieron el lugar con incienso, una cruz y una bandera blanca, simbolizando la importancia de este momento para la comunidad. Para los rarámuri, este evento no es solo económico, sino una oportunidad de preservar su cosmovisión y tradiciones.
Alejandro Mendoza González, apoderado legal de la cooperativa Combustibles Norawa, fue una de las voces destacadas durante el evento. En su discurso, calificó la inauguración como un momento histórico para Creel, asegurando que estos proyectos son una esperanza para un futuro mejor. Sin embargo, no mencionó cómo se enfrentarán los retos logísticos y económicos de operar una gasolinera en una zona rural y de difícil acceso.
El gobierno federal no escatimó en resaltar su papel en esta iniciativa. Se afirmó que la gasolinera es un legado de las políticas del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien habría dado las instrucciones para su desarrollo. Pero esta narrativa oficial contrasta con las críticas que señalan la falta de seguimiento en proyectos similares, donde las comunidades quedan a su suerte tras la inauguración.
Otro punto que genera dudas es la sostenibilidad del proyecto. Aunque se promete que la gasolinera ofrecerá combustibles a precios competitivos, no se aclaró cómo se logrará esto en un mercado dominado por grandes empresas. Además, la inversión inicial de más de 8 millones de pesos para infraestructura en Creel, incluyendo techumbres y una cancha de fútbol, parece significativa, pero no se detalló cómo se medirá su impacto real en la calidad de vida de los habitantes.
La Gasolinera del Bienestar en Creel es, sin duda, un proyecto que despierta interés. Por un lado, representa una oportunidad para una comunidad históricamente marginada. Por otro, el historial de promesas incumplidas del gobierno federal obliga a preguntarse si esto será un verdadero cambio o solo un evento más para la foto. Solo el tiempo dirá si los ejidatarios de Creel logran convertir esta iniciativa en un motor de desarrollo.
Mientras tanto, la región sigue enfrentando desafíos estructurales, como la falta de infraestructura básica y el acceso limitado a servicios. Proyectos como este podrían ser un paso adelante, pero sin una estrategia clara y un compromiso de largo plazo, corren el riesgo de quedarse en buenas intenciones. La comunidad de Creel merece más que discursos; merece resultados concretos.
Por ahora, la gasolinera ya está en marcha, y los habitantes de Creel comienzan a soñar con un futuro donde sus esfuerzos y recursos se traduzcan en bienestar real. La pregunta que queda en el aire es si el gobierno estará a la altura de sus promesas o si, una vez más, las comunidades indígenas serán las únicas responsables de sacar adelante sus propios proyectos.

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