Las altas temperaturas que azotan Nuevo León han puesto en jaque a los trabajadores del sector gasero, quienes enfrentan riesgos cada vez mayores en su labor diaria. La combinación de calor extremo, baja humedad y fuertes vientos ha generado un escenario propicio para incendios, lo que obliga a estos trabajadores a extremar precauciones para evitar tragedias.
En la zona metropolitana de Monterrey, las temperaturas han superado los 40 grados centígrados, con sensaciones térmicas que rozan los 45 grados. Estas condiciones no solo afectan la salud de los gaseros, expuestos al sol durante largas jornadas, sino que también incrementan el peligro de manejar materiales altamente inflamables como el gas LP.
Los reportes de Protección Civil de Nuevo León advierten que el riesgo de incendios es elevado debido a la regla “30-30-30”: temperaturas superiores a 30 grados, humedad menor al 30 por ciento y vientos de más de 30 kilómetros por hora. Estas condiciones han provocado una ola de incendios en terrenos baldíos y áreas urbanas, poniendo en alerta a toda la industria.
Los gaseros han tenido que implementar medidas extraordinarias para protegerse. El uso de ropa ligera pero segura, la hidratación constante y la revisión minuciosa de los tanques de gas son ahora parte de su rutina. Sin embargo, el calor intenso complica estas tareas, ya que el manejo de cilindros y pipas requiere de gran esfuerzo físico.
Empresas distribuidoras de gas en la región han comenzado a capacitar a sus empleados sobre cómo reaccionar ante un posible incendio. Estas capacitaciones incluyen el uso correcto de extintores y la identificación de fugas, ya que una chispa en estas condiciones podría desencadenar una explosión.
A pesar de los esfuerzos, los trabajadores enfrentan un entorno laboral cada vez más hostil. La falta de lluvias y las condiciones de sequía agravan el panorama, haciendo que cualquier error, por mínimo que sea, pueda tener consecuencias fatales. La vegetación seca en los alrededores de las zonas urbanas actúa como combustible adicional.
Las autoridades locales han emitido recomendaciones para la población, pero los gaseros, por la naturaleza de su trabajo, no pueden evitar la exposición al riesgo. Protección Civil ha insistido en evitar actividades que generen chispas o fuego, pero para estos trabajadores, el peligro es inherente a su actividad diaria.
El panorama no parece mejorar en el corto plazo. Los pronósticos meteorológicos indican que las altas temperaturas continuarán en Nuevo León durante las próximas semanas, manteniendo a los gaseros en un estado de alerta constante. La combinación de calor, viento y sequedad seguirá siendo una amenaza.
Este escenario pone de manifiesto la importancia de valorar el esfuerzo de quienes, a pesar de las adversidades, garantizan el suministro de gas en los hogares. Los gaseros de Nuevo León trabajan bajo presión, no solo por cumplir con su labor, sino por mantenerse a salvo en un entorno que se ha vuelto cada vez más peligroso.

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Gaseros en alerta ante el peligro de las altas temperaturas en Nuevo León
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