Un grupo de 17 familiares de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, cruzó la frontera hacia Estados Unidos el pasado 9 de mayo. Entre ellos se encuentra Griselda López Pérez, madre de Ovidio y exesposa del líder del Cártel de Sinaloa. Según reportes, fueron recibidos por agentes del FBI y del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos (US Marshals) en la garita de San Ysidro, entre Tijuana y San Diego.
El cruce no fue una detención común. Los familiares, que llegaron desde Culiacán, Sinaloa, habrían ingresado bajo un esquema migratorio conocido como “parole”. Este permiso especial permite la entrada legal por motivos humanitarios o en casos de colaboración con autoridades. La operación fue coordinada con precisión, sugiriendo un acuerdo previo con el gobierno estadounidense.
La entrega coincide con un momento clave para Ovidio Guzmán, quien enfrenta cargos por narcotráfico en Estados Unidos. El pasado 6 de mayo, se confirmó que cambiará su declaración de no culpable a culpable en una audiencia programada para el 9 de julio. Este movimiento se interpreta como parte de un acuerdo de cooperación con la justicia estadounidense, que podría incluir protección para su familia.
Entre los familiares que cruzaron la frontera están sobrinos, primos, un yerno y un nieto de “El Chapo” llamado Archivaldo. La presencia de Griselda López, señalada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como una figura clave en el Cártel de Sinaloa, añade peso a la noticia. Su papel en el trasiego de drogas y en la evasión de autoridades ha sido documentado por años.
El gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha quedado en una posición incómoda. La presidenta afirmó que no tiene información oficial sobre el cruce, a pesar de que la Fiscalía General de la República mantiene investigaciones abiertas contra varios de los familiares. Sheinbaum insistió en que Estados Unidos está obligado a compartir detalles, pero la falta de claridad ha generado críticas.
Este evento podría marcar un quiebre en la estructura de “Los Chapitos”, la facción del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de “El Chapo”. La salida de la familia de Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López, detenido en julio de 2024 junto a Ismael “El Mayo” Zambada, sugiere una posible fractura interna. Mientras tanto, sus hermanastros, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, continúan en México enfrentando la guerra contra la facción de Zambada.
El acuerdo de Ovidio con las autoridades estadounidenses podría incluir su ingreso al programa de testigos protegidos, lo que implicaría una nueva identidad y ubicación secreta para él y su familia. Esto explicaría la reubicación de sus seres queridos a Estados Unidos, donde se les habría ofrecido residencias permanentes. Sin embargo, los detalles del acuerdo siguen sin divulgarse.
La noticia ha desatado especulaciones sobre el futuro del Cártel de Sinaloa. La entrega de Zambada por parte de Joaquín Guzmán López en julio de 2024 ya había intensificado el conflicto entre las facciones del cartel. Ahora, la colaboración de Ovidio y la salida de su familia podrían beneficiar a los enemigos de “Los Chapitos”, dejando a Iván y Jesús Alfredo en una posición vulnerable.
En México, la falta de información oficial ha generado incertidumbre. La Fiscalía General de la República ha solicitado datos a Estados Unidos, pero la respuesta sigue pendiente. Mientras tanto, la violencia en Sinaloa no cede, y el gobierno federal enfrenta cuestionamientos por su manejo de la seguridad en la región.
Este capítulo en la saga de los Guzmán López no solo pone en evidencia los pactos detrás de la justicia internacional, sino también la complejidad de la lucha contra el narcotráfico. La cooperación de Ovidio y la protección de su familia en Estados Unidos podrían cambiar el rumbo de las investigaciones sobre el Cártel de Sinaloa, pero el costo de estos acuerdos aún está por verse.

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Familiares de Ovidio Guzmán se entregan al FBI en EU: ¿Un nuevo capítulo en la guerra contra el narco?
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