En el Estado de México, una preocupante realidad afecta a los más pequeños. Según datos recientes, el 11% de los menores de 5 años enfrenta cuidados inadecuados, una situación que pone en riesgo su desarrollo físico y emocional. Este problema, que involucra desde negligencia hasta métodos violentos de disciplina, refleja fallas profundas en la atención a la primera infancia.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 revela que más de la mitad de los niños en esta edad reciben algún tipo de disciplina violenta en sus hogares. Gritos y castigos físicos, como palmadas, son prácticas comunes que, lejos de educar, generan un impacto negativo en su bienestar. Estas cifras muestran una normalización de conductas que deberían ser erradicadas.
El estudio señala que el 38.3% de los menores sufre agresión psicológica, mientras que el 38.7% enfrenta castigos físicos. Más alarmante aún, el 3% de estos pequeños es víctima de castigos físicos severos. Estas prácticas no solo afectan su autoestima, sino que también limitan su desarrollo cognitivo y emocional a largo plazo.
En el caso del Estado de México, la situación es particularmente grave debido a la alta densidad poblacional y las desigualdades sociales. Los menores en comunidades vulnerables son los más afectados, donde la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos agravan la problemática. La negligencia en el cuidado se convierte en un obstáculo para su crecimiento saludable.
La encuesta también destaca que solo el 31.2% de los niños recibe métodos de disciplina no violenta. Esto indica que la mayoría de los hogares aún recurre a prácticas obsoletas, ignorando los beneficios de una crianza basada en el respeto y la comunicación. La falta de educación parental es un factor clave en este panorama.
Organismos como el Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes han advertido sobre la necesidad de intervenir. Sin embargo, los esfuerzos actuales parecen insuficientes para revertir estas cifras. La ausencia de programas efectivos de orientación para padres y cuidadores perpetúa el ciclo de cuidado inadecuado.
A nivel nacional, México enfrenta retos similares, con millones de menores en condiciones de vulnerabilidad. La pobreza, la malnutrición y la falta de estimulación temprana son problemas que se entrelazan con el cuidado inadecuado, creando un panorama desolador para la primera infancia.
La responsabilidad recae en múltiples actores. Desde el gobierno estatal hasta las familias, es urgente adoptar medidas que prioricen el bienestar de los menores. La crianza positiva, basada en el respeto, podría ser una herramienta poderosa para transformar esta realidad.
El futuro de miles de niños en el Estado de México depende de acciones concretas. Sin un cambio en las prácticas de cuidado y mayor inversión en programas sociales, el 11% de menores afectados seguirá creciendo en un entorno que limita sus oportunidades.

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Crisis en el cuidado infantil: 11% de menores en Edomex sufren negligencia
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