En Hidalgo del Parral, Chihuahua, la indignación ciudadana no se ha hecho esperar tras la reciente adquisición de una lujosa camioneta Cheyenne blanca por parte de la Presidencia Municipal. Destinada supuestamente al departamento de Servicios Públicos, esta compra ha desatado críticas por su elevado costo, que podría superar el millón y medio de pesos.
El vehículo, presentado con orgullo por las autoridades locales, ha generado cuestionamientos entre los parralenses. Muchos se preguntan si esta camioneta de lujo será utilizada para transportar basura, luminarias o materiales de trabajo, o si simplemente estará al servicio del jefe de área. La falta de transparencia sobre el uso específico del vehículo ha avivado las sospechas.
El departamento de Comunicación Social de Parral intentó justificar la compra, asegurando que la camioneta permitirá una respuesta más ágil y eficaz en las tareas municipales. Sin embargo, esta explicación no ha convencido a los ciudadanos, quienes consideran que la adquisición es innecesaria frente a las múltiples necesidades que enfrenta la ciudad.
La polémica se intensifica al recordar que, hace apenas unos meses, el alcalde Salvador Calderón ordenó la compra de una Suburban de más de dos millones de pesos para su uso personal. Este antecedente ha llevado a los habitantes a cuestionar las prioridades del gobierno municipal y su manejo de los recursos públicos.
En redes sociales, la ciudadanía ha calificado la compra como “inútil” y “descarada”. Los comentarios reflejan un profundo descontento, con usuarios señalando que el dinero invertido en la camioneta podría haberse destinado a mejorar servicios básicos o atender problemas urgentes en Parral.
Aunque el gobierno municipal insiste en que la adquisición reafirma su compromiso con la ciudadanía, no se ha proporcionado información detallada sobre el costo total ni las razones específicas para elegir un vehículo de tales características. Esta opacidad solo ha incrementado la desconfianza entre los parralenses.
La controversia en torno a esta camioneta se suma a otros señalamientos contra la administración de Calderón, incluyendo críticas por presuntas irregularidades y falta de claridad en el uso de los fondos públicos. Los habitantes exigen respuestas claras y un manejo más responsable del presupuesto municipal.
Este caso pone en evidencia, una vez más, la brecha entre las prioridades de las autoridades y las necesidades reales de la población. En Parral, la compra de esta camioneta de lujo no solo ha generado indignación, sino también un llamado a la rendición de cuentas.