El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que obliga a las compañías farmacéuticas a reducir los precios de los medicamentos en un plazo de 30 días. Este decreto, anunciado desde la Casa Blanca, busca que los estadounidenses paguen menos por sus medicinas, equiparándolas a los costos más bajos de otros países desarrollados.
La medida se centra en los programas de salud pública como Medicare y Medicaid, que cubren a millones de ciudadanos. Trump aseguró que los precios podrían caer entre un 30% y un 80%, una promesa que ha generado tanto expectativa como escepticismo. Según el mandatario, los estadounidenses han estado pagando hasta tres veces más por los mismos fármacos que en otros países.
Durante la firma, Trump estuvo acompañado por Robert F. Kennedy Jr., su nuevo secretario de Salud, quien respaldó la iniciativa. El decreto instruye a su departamento a negociar con las farmacéuticas y, si no hay acuerdo, a implementar una política de “nación más favorecida”. Esto significa que Estados Unidos pagaría lo mismo que el país con los precios más bajos del mundo.
El presidente criticó duramente a la Unión Europea, acusándola de presionar a las farmacéuticas para mantener precios bajos en sus países mientras Estados Unidos carga con costos elevados. “No seguiremos subsidiando los sistemas socialistas de salud de Europa”, afirmó Trump, generando tensiones con aliados internacionales.
Las farmacéuticas, por su parte, han reaccionado con preocupación. La industria argumenta que reducir precios podría limitar la inversión en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos. Acciones de gigantes como Pfizer, Merck y Eli Lilly cayeron tras el anuncio, reflejando la incertidumbre en los mercados.
Esta no es la primera vez que Trump intenta bajar los precios de los medicamentos. En 2020, un decreto similar enfrentó obstáculos legales y fue bloqueado por la oposición de la industria. Ahora, con un nuevo mandato, el presidente parece decidido a cumplir esta promesa de campaña.
Sin embargo, los detalles de la orden ejecutiva aún no están claros. No se especificó cómo se aplicará la política de “nación más favorecida” ni qué medidas tomará el gobierno si las farmacéuticas no cumplen en el plazo establecido. Algunos expertos dudan que los ahorros sean tan significativos como promete Trump.
La iniciativa también incluye la amenaza de aranceles a productos farmacéuticos importados, una medida que Trump ha mencionado en semanas recientes. Esto podría presionar a las empresas a aumentar la producción dentro de Estados Unidos, aunque podría elevar costos en otros países.
El impacto en los consumidores estadounidenses aún es incierto. Mientras algunos celebran la posibilidad de pagar menos por medicamentos esenciales, otros temen que las farmacéuticas trasladen las pérdidas a otros mercados o reduzcan la innovación en nuevos tratamientos.
Por ahora, la firma de este decreto marca un nuevo capítulo en la batalla de Trump contra los altos costos de los medicamentos, un tema que sigue siendo crucial para millones de estadounidenses.