La noche del 11 de mayo, un acto de campaña en Texistepec, Veracruz, terminó en tragedia. Yesenia Lara Gutiérrez, candidata de Morena a la presidencia municipal, fue asesinada a balazos durante una caravana política. El ataque, perpetrado por un grupo armado, dejó un saldo devastador: cuatro personas fallecidas, incluida la candidata, y tres heridas.
El atentado ocurrió en el barrio Camino a Jáltipan, al sur del estado. Lara Gutiérrez encabezaba una caravana de motocicletas y taxis, acompañada por decenas de simpatizantes, tras concluir un mitin. En un video transmitido en vivo por la candidata, se escuchan detonaciones de arma de fuego justo al final, cuando los asistentes comenzaron a correr en medio del caos.
Yesenia Lara, de 49 años, era una figura conocida en Texistepec. Había sido agente municipal de Las Camelias y síndica del ayuntamiento local. Su trayectoria incluía un fuerte arraigo comunitario, lo que la llevó a ser nombrada Promotora de la Cuarta Transformación por Morena, consolidándola como candidata oficial del partido.
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, condenó el ataque y confirmó el saldo de víctimas. Aseguró que las autoridades no descansarán hasta encontrar a los responsables de este acto, al que calificó como un “cobarde asesinato”. Sin embargo, hasta el momento, no se han reportado detenciones, y la Fiscalía General del Estado continúa con las investigaciones.
El crimen no es un caso aislado. Hace apenas dos semanas, el 29 de abril, otro candidato de Morena, Germán Anuar Valencia, fue asesinado en Coxquihui, Veracruz. Este nuevo episodio refuerza la percepción de un proceso electoral marcado por la violencia, con Veracruz como uno de los estados más afectados por agresiones a políticos.
La candidata dejaba un legado personal marcado por la tragedia. Era viuda de Enrique Argüelles Montero, exregidor de Texistepec, asesinado en 2022 en Acayucan. A pesar de esta pérdida, Lara Gutiérrez decidió continuar su carrera política, promoviendo propuestas enfocadas en las necesidades de las comunidades rurales y las familias de Texistepec.
Horas antes del ataque, la candidata compartió en redes sociales un mensaje lleno de entusiasmo, destacando el apoyo de los jóvenes en su campaña. “La fuerza de nuestros jóvenes es la vitalidad que me motiva”, escribió, invitando a la caravana que, lamentablemente, sería su última actividad pública.
La violencia electoral en Veracruz ha encendido las alarmas. Desde el inicio de las precampañas, al menos diez aspirantes han renunciado por amenazas, y una veintena ha solicitado protección. Casos recientes, como ataques en municipios como Cosoleacaque y Cotaxtla, reflejan un clima de inseguridad que parece desbordar a las autoridades.
El cuerpo de Yesenia Lara quedó tendido en el asfalto, cubierto con una bandera de Morena, mientras elementos de seguridad acordonaban la zona. La Secretaría de la Defensa Nacional desplegó efectivos en Texistepec para reforzar la vigilancia, pero la incertidumbre persiste entre los habitantes.
Este nuevo capítulo de violencia política pone en entredicho la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de candidatos y ciudadanos. A pocos días de las elecciones del 1 de junio, la tragedia de Texistepec es un recordatorio de los riesgos que enfrentan quienes buscan un cambio en sus comunidades.